Con recursos por 7 mil 567 millones de pesos para el Programa Escuelas de Excelencia para Abatir el Rezago Educativo, a partir del próximo ciclo escolar la Secretaría de Educación Pública (SEP) podrá destinar entre 350 mil a 829 mil 282 pesos a primarias y secundarias públicas que enfrenten un alto grado de carencias físicas y de equipamiento, mientras que las escuelas atendidas por el Consejo Nacional de Fomento Educativo recibirán hasta 50 mil pesos.

Los lineamientos de operación, publicados en el Diario Oficial de la Federación, establecen que sólo se beneficiará a aquellos planteles que de acuerdo con el Índice de Carencias por Escuela (ICE) 2014 –que elabora la dependencia federal a partir de los datos obtenidos en el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (CEMABE)–, enfrenten mayores rezagos y conforme al número de alumnos atendidos.

El ICE, que deberá ser difundido por la SEP por escuela y posición que ocupan dentro del mismo, incluye factores como: construcción del inmueble, material del que está hecho, disponibilidad de agua, baño, letrina u hoyo negro, así como equipamiento de aula.

Su objetivo es expresar la intensidad de las carencias que enfrentan las escuelas. La distribución de los recursos federales en los estados, se advierte, se hará con base en sus resultados.

Debido a que sólo podrán beneficiarse del programa aquellos planteles que de acuerdo con el ICE enfrenten un estado alto y muy alto de rezago en sus condiciones físicas, quedarían fuera cerca de 10 por ciento de las escuelas del país que no fueron censadas y se ubican en los estados más pobres como Chiapas, Michoacán y Oaxaca.

Los resultados definitivos del censo, presentados en marzo pasado, revelan que 24 mil 658 centros de trabajo educativos no fueron empadronados, de los cuales 41 por ciento corresponden a Chiapas, mientras que en Oaxaca y Michoacán no se registró 27 por ciento de sus escuelas, respectivamente.

La aplicación de los fondos considera la construcción, remodelación o habilitación de espacios educativos, para mejorar su infraestructura hidrosanitaria y acceso a agua potable, así como al equipamiento básico del aula.

Sin embargo, también se contempla la posibilidad de destinar una inversión mínima de 50 mil pesos para el fortalecimiento de su autonomía escolar que incluye, entre otras medidas, invertir recursos públicos a la contratación de servicios para resolver problemas de operación básica.

El programa prevé destinar 5 millones de pesos a cada entidad para fortalecer la supervisión escolar de aquellas escuelas beneficiadas, y la autoridad educativa local podrá usar los recursos para cubrir necesidades de infraestructura y equipamiento de los espacios de trabajo o en tareas directas de supervisión.

En México, de acuerdo con los datos del CEMABE, 31 por ciento de las escuelas públicas de educación básica carecen de acceso a agua potable; 11.2 por ciento no cuenta con energía eléctrica; 12.8 por ciento no dispone de baños; y casi cinco de cada diez centros escolares no tienen drenaje.

Además, existen cerca de 3 mil planteles construidos con materiales precarios o ligeros, o que no cuentan con edificación alguna, la mayoría en entidades como Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Veracruz.

En cuanto al número de alumnos atendidos, las escuelas de uno a 25 estudiantes sólo podrán recibir 350 mil pesos, y deberán destinar la totalidad de los recursos a acciones que modifiquen la estructura del inmueble. En cambio, aquellos planteles con más de 500 alumnos podrán destinar hasta 57 por ciento de los 829 mil 282 pesos que podrán solicitar en medidas que no impliquen cambios estructurales.