Durante tres meses, una veintena de artistas de 10 países iberoamericanos vivirán aquí para realizar sus proyectos como parte del Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y Haití en México, que este año llega a su sexta edición.

La iniciativa surgió por un acuerdo entre los gobiernos de España y México en 2007, y un año después comenzó a funcionar. La finalidad es crear un espacio de diálogo y colaboración interdisciplinaria entre estos artistas, señaló Roberto García Luna, coordinador del programa que a la fecha ha beneficiado a 170 artistas de varios países.

Esta ocasión se seleccionaron 20 proyectos de entre 377 de los recibidos mediante convocatoria abierta.

Los países son Chile, Colombia, Argentina, Cuba, Ecuador, España, Nicaragua, Venezuela, Costa Rica y México, en artes visuales, letras, medios audiovisuales, danza, diseño, música y teatro. Las residencias, dependiendo del área de trabajo, se desarrollarán en San Agustín Etla, Oaxaca; el Distrito Federal, San Luis Potosí y Querétaro.

El apoyo consiste en el pago de traslado aéreo, hospedaje y una beca de 12 mil pesos mensuales, además de que tendrán como tutores a artistas y escritores, como Víctor Susler, Bernardo Orellana, David Pérez Axnar, Rogelio Sosa, Martín López Brie, Miguel Icaza y Sandra Lorenzano, estos dos últimos, en entrevistas por separado, destacaron la diversidad de las propuestas como un termómetro de lo que ocurre en el arte de la región.

La escritora Sandra Lorenzano, quien participó en el jurado del área de letras, señaló que su participación nace del interés por conocer lo que seestá escribiendo en otros países. La tutoría es una oportunidad de buscar nuevos caminos y fortalecer los que ya tenemos de fomento a la lectura, escritura, exploración de la palabra literaria, y para conocer de cerca y dialogar con escritores con experiencias diversas de acercamiento a la creación literaria y personales, sociales y hasta históricas.

Este tipo de programas de apoyo a artistas son un ejemplo del papel que mantiene México como líder en el campo cultural latinoamericano, añadió la vicerrectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana. “Es darme cuenta que México vuelve a tener ese papel de liderazgo cultural y que es un puerto de deseo de los estudiantes latinoamericanos que quieren venir a formarse a nuestro país.

“Sigo pensando que América Latina es un terreno de una riqueza, creatividad y fortaleza impresionantes, y lo que hace esta convocatoria a residencias artísticas es dar la oportunidad a escritores que de otra forma no podrían estar aquí tres meses, que te pagan simplemente por escribir y tener la oportunidad de sumergirte en una cultura tan fuerte, vasta, rica, y tan propositiva.

Es además una apuesta porque nos pareció que los proyectos que mandaron prometen mucho, agregó.

Por crear redes artísticas

Miguel Icaza, quien además de jurado será tutor en medios audiovisuales, señaló que los proyectos que se beneficiarán con el programa de residencias artísticas son de gente muy bien formada y preparada. Las propuestas son diversas y muy particulares desde animación en 2D hasta los documentales, uno de ellos titulado Religión migrante, de José Luis Elizalde González, quien colabora con un sacerdote que trabaja con migrantes, mineros y homosexuales.

Lo bueno de este programa, dijo, es que da apoyo a propuestas que no están terminadas. Normalmente las instituciones quieren ir a lo seguro y el arte no es seguro, sin embargo están apoyando, apostando por gente y no en todos está muy claro qué vaya a salir.

Una de las novedades de esta sexta emisión del programa, que recibe fondos de España y México, es que al finalizar los tres meses de residencia no es necesario que los beneficiarios terminen el proyecto. Ellos vienen a continuar el proyecto, que para su aprobación necesita estar avanzado, y pueden o no terminarlo, no es la intención de la residencia en esta ocasión, precisó Roberto García.

La finalidad, dijo, es darles un espacio para que desarrollen sus proyectos y para que dialoguen con otros artistas, ya sea de su disciplina o de otras disciplinas. Si concluyen su proyecto es muy bueno, pero pueden no terminarlo aunque sí avanzar en él de una manera considerable durante su estancia en México, y reiteró que el objetivo “es la conformación de redes artísticas entre estos creadores, es decir, que entre ellos colaboren, dialoguen, compartan experiencias y técnicas, aprendan cosas nuevas, que se empapen tanto de la cultura y el arte, de los procesos mexicanos como los de sus compañeros de otros países.

Una constante en este programa ha sido que empiezan a colaborar entre ellos, aunque sean de otras disciplinas: un músico ayuda con los arreglos a un documentalista o una obra de teatro, o que un artista de medios audiovisuales apoya con la fotografía al documental. Incluso si la colaboración no es inmediata, puede darse años después de la residencia; es algo que ha pasado.