oy da inicio la 34 edición del Foro Internacional de la Cineteca con la proyección de 14 títulos (ocho hispanoamericanos, seis de países asiáticos y europeos). En un primer tiempo, las funciones tendrán lugar en diversas salas de la Cineteca Nacional, y posteriormente en un circuito comercial del 18 de julio al 12 de agosto. En lo esencial, el Foro se atiene al propósito que le dio origen: exhibir aquellas cintas que posiblemente no serán distribuidas para un gran público y favorecer cintas de corte experimental o primeros trabajos de jóvenes realizadores.

Sin embargo, ese propósito se ha diluido un poco con la paulatina, y aun insuficiente, incorporación por parte de la cartelera comercial de un cine de autor al que antes solía desdeñar por completo. De esta manera, el público apreciará de modo simultáneo en la Cineteca y en las salas comerciales el estreno de Ninfomanía, volumen 2, de Lars von Trier, uno de las cintas que sin duda gozará de mayor fortuna en la taquilla. No se puede decir lo mismo de la mayoría de los otros títulos, mismos que sólo serán recuperados ulteriormente por el circuito cultural. El Foro es así, de cierto modo, una muestra de lo que la propia Cineteca exhibirá el resto del año.

Valdría la pena preguntarse por qué una película de un realizador danés que por largo tiempo se ha considerado un autor completo, de acceso supuestamente difícil, y posturas políticas y estéticas a menudo controvertidas, se ha vuelto un fenómeno de taquilla. La mercadotecnia detrás de los grandes festivales de cine explica una parte de este hecho insoslayable. Otra parte poco desdeñable proviene del talento de un director que ha sabido interpretar con malicia e ironía algunos de los grandes miedos y obsesiones de la sociedad contemporánea, entre ellos la realidad de la represión sexual y las culpas que generan y alimentan en la población las instituciones civiles y religiosas, en especial estas últimas. Otro director europeo, el austriaco Michael Haneke, ha ganado una popularidad semejante interpretando e ilustrando no sólo esa misma represión sexual, sino también el clima de inseguridad que viven las sociedades occidentales.

Ninfomanía, volumen 2 es la muestra más contundente de esa exacerbación del miedo a la sexualidad. En su itinerario de culpa y expiación, Joe (Charlotte Gainsbourg) prosigue ahora el relato autobiográfico del primer volumen, acentuando la sordidez y la abyección en cada una de sus experiencias eróticas.

Se exhibe en la sala 1 de la Cineteca y en salas comerciales.

Twitter:@CarlosBonfil1