La crisis hipotecaria en Estados Unidos afectó de forma importante el patrimonio de los inmigrantes mexicanos que viven en el vecino país, de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP).

El órgano de apoyo al trabajo legislativo de la Cámara de Diputados señala que la proporción de migrantes que poseía vivienda propia disminuyó sensiblemente durante los años posteriores a la crisis internacional que comenzó en 2008 y que aún no termina.

Con base en datos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), refiere que si bien la proporción de los inmigrantes que han adquirido vivienda en Estados Unidos es elevada, los porcentajes reportados son menores a los observados antes de la crisis hipotecaria.

El porcentaje de nativos (estadunidenses) que poseían vivienda propia en 2007, antes de la crisis, fue de 67.2 por ciento, mientras entre los migrantes latinoamericanos era de 47.7, y en el caso de los mexicanos de 47.2 por ciento.

Para 2012 estos porcentajes disminuyeron a 66 por ciento de la población nativa con vivienda propia en Estados Unidos, a 44.1 de los migrantes latinoamericanos, y a 44.9 de los mexicanos.

Los migrantes hacen un uso más intensivo del crédito hipotecario para adquirir vivienda, pues de los latinoamericanos con vivienda propia en Estados Unidos, 73.5 por ciento fue adquirida con préstamo, y entre los mexicanos fue 68.3 por ciento.

Apunta que la crisis parece haber impactado más en los mexicanos, ya que son los que tienen un ingreso per cápita menor al del promedio de inmigrantes de la región, y este es uno de los factores determinantes en la decisión de adquirir una vivienda.

De acuerdo con el Cemla, entre los migrantes el ingreso per cápita de los mexicanos es el menor entre los que se reportan, con 17.7 mil dólares anuales. El promedio para América Latina y el Caribe es de 20.8 mil dólares. Destacan los casos de argentinos y chilenos, con ingresos per cápita de 41.3 y 35.1 mil dólares, en cada caso.