rgelia y Alemania brindaron este lunes el que tal vez sea, hasta ahora, el mejor juego de Brasil 2014. Fueron 120 minutos trepidantes saldados con, faltaría, la victoria de los europeos sobre los africanos por 2 a 1. Alemania jugó como nunca y ganó como siempre, es el dicho que distingue a los teutones.

Pero no deja de ser una injusticia que un equipo de filigraneros y atletas como Argelia haya quedado fuera del Mundial. Los africanos pudieron ganar, pero no son alemanes. Es el maldito sino que algún día se romperá, espero.

La actuación de los porteros habla de un partido lleno de alternativas y de oportunidades de gol. Estuvieron sencillamente soberbios.

El viernes chocarán dos gigantes europeos a los que une una añeja rivalidad política, cultural, económica y deportiva. Germanos y franceses saltarán a la cancha para ganarse un lugar en la semifinal.

Los galos contaron con la inmensa inocencia de los nigerianos, empeñados en facilitar la vida de sus rivales. Igual Francia no dejó una imagen tranquilizadora. Floja defensa –también la padecieron los teutones– y un ataque que depende en demasía del melancólico Benzema.

Se fue África de Brasil 2014 mostrando una vez más que van en línea ascendente. Argelia mostró ser el equipo más disciplinado y técnico de aquel fantástico continente. Se siente que hay un trabajo de base y eso acabará dando buenos resultados y éxitos.

El perdón

Finalmente el uruguayo mordedor, Luis Suárez, salió a palestra para pedir el perdón de su víctima, el italiano Giorgio Chiellini, y jurar a todo el mundo que nunca más morderá a un ser humano, por lo menos en público.

De haberlo hecho en su momento es más que probable que la vieja y arbitraria FIFA no hubiera tenido los tompiates de sancionarlo tan severamente. Se equivocó al morder y se equivocó al no reconocerlo oportunamente. Presto, el italiano lanzó un mensaje al charrúa diciéndole que todo estaba olvidado y que esperaba que la FIFA rebajara la sanción.

Organismo hipócrita hasta la desesperación, esa casa de viejos locos especializada en medir con raseros diferentes las faltas de sus agremiados decidió suspender con un partido a Rodrigo Paiva, el portavoz de la canarinha que después del Chile-Brasil, ya en el túnel que conduce a los vestuarios, propinó un artero puñetazo al delantero chileno Mauricio Pinilla.

¿Un partido para Paiva? ¡Vergüenza les debería dar por ese delincuente disfrazado de traje!, declaró hoy el chileno tras conocerse la sanción impuesta por la FIFA al émulo de Mike Tyson.

Así como sería saludable dar un golpe de Estado a la Federación Mexicana de Futbol, no sería menos saludable dar otro a la FIFA.

Ganaría el futbol, ganaríamos los aficionados.

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