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La Jornada en Brasil 2014

Si valen los antecedentes, la ventaja brasileña es clara: nunca ha ganado Chile en un Mundial

A partir de hoy o se gana o se pierde, será el primero o el último paso

La gran expectativa es cuál será el adversario siguiente: Colombia o Uruguay, así de modestos

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Fernandinho, la gran apuesta de 173 millones de expertosFoto Reuters
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 28 de junio de 2014, p. 5

Río de Janeiro, 27 de junio.

Ayer fue día de intensa concentración. Un día sin juego, pura tensión. A partir de este sábado, dos realidades: se gana o se pierde. A diferencia de lo que a veces ocurre en la vida, no hay empates. Será el primero o el último paso rumbo al futuro, que puede ser proseguir en el Mundial o volver a casa. De las 32 selecciones que llegaron a Brasil la mitad ya fue eliminada. Y de las 16 que quedaron, ocho darán el primer paso rumbo a la próxima etapa. Así son las cosas.

Es verdad que en los octavos de final existen favoritos, pero a esta altura ya se sabe que todo favoritismo es frágil, demasiado frágil. Si no, pregunten a los italianos, a los españoles. Quedan seis equipos europeos, cinco sudamericanos, uno de Centroamérica, dos de América del Norte y dos africanos. Para África, una marca histórica en los Mundiales.

Dicen los expertos que será una sorpresa enorme si Alemania, Argentina, Brasil y Francia –respetando el orden alfabético– no pasan a la etapa siguiente. Los franceses mostraron mucho más juego que los nigerianos; difícilmente Argelia podrá superar a Alemania, y los suizos serán mejores en relojes y chocolates, pero enfrentarán en condiciones francamente inferiores a Argentina, es decir, a Messi y otros diez.

Y queda Brasil, que enfrentará a Chile. Si de algo valen los antecedentes, la ventaja brasileña es clarísima. Nunca nos ganaron en un Mundial. Además, jugaremos en casa, con el respaldo de una hinchada de más de 150 millones de personas por todo el país y decenas de miles en el estadio. Hasta ahora, Chile mostró, en el Mundial, un futbol muy parecido al modelo europeo. Brasil, a su vez, apenas mostró un futbol parecido al modelo brasileño. Pero tenemos a Neymar, y eso puede significar una diferencia insuperable.

Hay optimismo, pero a la vez hay inquietudes. Felipao sigue haciendo misterio. Todo indica que oirá las plegarias de millones de especialistas (vale reiterar que, en Brasil, cuando hay un Mundial somos aproximadamente 173 millones 408 mil expertos altamente especializados en futbol) y pondrá a Fernandinho en el lugar de Paulinho. Pero se especulan con otras variantes, y como es harto conocida la resistencia mineral de Felipao a la hora de cambiar formaciones, nos quedamos todos pendientes hasta que el equipo entre a la cancha.

Claro que estaremos todos pendientes de los otros juegos de hoy, domingo, lunes y martes. Pero nadie nos quitará un segundo de atención mientras Chile y Brasil se enfrenten en Belo Horizonte.

Curiosa situación. En 1962, cuando jugaron el Mundial en casa, los chilenos perdieron una semifinal por 4 a 2 frente a Brasil. Que, dicho sea de paso, volvió a casa con el bicampeonato mundial en el equipaje. Desde entonces, nunca más los chilenos lograron avanzar tanto en un Mundial, mientras Brasil lograba tres títulos más.

Pero también desde entonces Chile nunca tuvo una selección con el nivel de juego de esta que hoy nos enfrenta. Y ya dejaron bien claro que no se intimidarán por anticipado, y que vendrán con todo. Brasil tampoco se retraerá. La determinación de Felipao es presionar sin pausa ni tregua, y sofocar a los chilenos desde el primer segundo del juego. A ver si funciona.

Hay otros campos en que existe cierta rivalidad, cierta disputa entre Brasil y Chile. En el campo social, por ejemplo, ganan los chilenos. De la población total, 15 por ciento son pobres, mientras que en Brasil son 24 por ciento. Pese a eso, es un país mucho más desigual que Brasil. Hay menos analfabetos en Chile (1.4 por ciento de la población) que en Brasil (9.6). La mortalidad infantil –7.4 por cada mil nacidos vivos– también es bastante inferior a la brasileña (19.2). La expectativa de vida en Chile es de 78.4 años. En Brasil, de 73.2.

En el campo de la economía, los dos andan mal. La previsión de crecimiento de Chile para este año oscila entre 2.5 y 3.5 por ciento del PIB. En Brasil, se prevé un crecimiento de alrededor de 1.6 por ciento.

La economía chilena depende básicamente del cobre, así como el futbol brasileño depende esencialmente de Neymar.

Y, al fin y al cabo, en este Mundial se trata precisamente de eso: de tener a un equipo con Neymar. La gran expectativa brasileña es cuál será el adversario siguiente, Colombia o Uruguay. Así de modestos somos.

Para los adictos a las apuestas, vale recodar que en las principales casas de juego en el mundo se confía en un duelo en semifinales entre Brasil y Alemania de un lado, Argentina y Holanda de otro. Para el título, los favoritos de los apostadores son, en ese orden, Brasil, Alemania y Argentina. Argelia y Nigeria están en la posición de fabricantes de millonarios: para cada euro apostado en Argelia se pagarán 151, en caso de salir campeona. Nigeria pagará más: 226 por cada euro apostado.

Brasil paga poquísimo: 3.75 por cada euro. Argentina y Alemania, 5. Holanda, entre 7.5 y 9 por cada euro jugado.

Son datos que valen para distraerse en la víspera de un momento de alta, altísima tensión. Chile tiene cobre, Brasil tiene a Neymar. Por las dudas, trataré de buscar el medio para apostar unos mil euros a Nigeria. Quizá de sorpresa en sorpresa me gano buen dinero…