Fuerte operativo para impedir entrada de barras bravas argentinas
Los locales, con cualquier selección latinoamericana si no juegan contra Brasil
Miércoles 25 de junio de 2014, p. 8
Río de Janeiro, 24 de junio.
El ministro brasileño de Justicia, José Eduardo Cardozo, era esperado en Porto Alegre, capital de Río Grande do Sur, estado fronterizo con Uruguay, Argentina y Paraguay. Motivo del viaje: el partido de hoy entre Argentina y Nigeria. Además de Cardozo, eran esperados el general José Carlos de Nardi, coordinador de Defensa de la Copa del Mundo, y el director de la Abin, la Agencia Brasileña de Inteligencia, Wilson Trezza. Argentina y Nigeria ya están clasificadas para la etapa siguiente del Mundial. La verdad es que ninguno de los tres siente especial simpatía por los dos equipos que se enfrentarán en la cancha: lo que sienten es temor frente a lo que podrá ocurrir en las calles.
Eran esperados unos 120 mil argentinos en Porto Alegre, la inmensa mayoría de ellos sin boleto para ver el partido en el estadio. La FIFA informa que fueron vendidas unas 20 mil entradas para argentinos. Frente a la expectativa de tumulto, pidió medidas especiales al gobierno brasileño, por temer invasiones en el estadio, siguiendo el ejemplo de los chilenos que irrumpieron en el Maracaná la semana pasada. La respuesta se tradujo en un fuerte operativo en las fronteras, para tratar de impedir la entrada de barras bravas al país. El trío Cardozo, De Nardi y Trezza fue a inspeccionar el despliegue y la situación.
Larguísimos embotellamientos
En los dos días recientes el número de vehículos que cruzaron la frontera por Uruguayana ha sido tan grande que se formaron larguísimos embotellamientos en los accesos al puente que une los dos países. Solamente por esa ciudad entraron a Brasil 10 mil argentinos desde el fin de semana. Tropas del Ejército fueron enviadas para ayudar en los trabajos de control migratorio. En Porto Alegre, miles de argentinos armaron campamentos en plazas y parques de la ciudad.
Pero si Cardozo, la FIFA y el gobierno están con las atenciones concentradas en las calles, el resto del país las concentra en los estadios. Y hoy esas atenciones fueron bien recompensadas.
Ha sido un día pleno de emociones, con al menos dos partidos –Italia y Uruguay, Grecia y Costa de Marfil– especialmente dramáticos. El paseo de Colombia frente a Japón, y que terminó en un rotundo 4-1, también sorprendió, aunque los colombianos fueran favoritos.
En ese partido se confirmó que la hinchada brasileña cumple el sueño de Simón Bolívar y José Martí. Cada vez que una selección latinoamericana entra a la cancha, recibe el apoyo eufórico de la platea de la casa. Como Colombia usa el mismo color de Brasil, los pobres japoneses fueron sofocados ayer en la cancha y en las gradas por una inmensa marea amarilla. Claro que cuando algún latinoamericano enfrenta a Brasil (así fue con México, así será con Chile) la integración vuela en pedazos. Que nos perdonen Bolívar y Martí, pero una cosa es la patria grande y otra la cancha chica.
Frente a Grecia, la verdadera tragedia le tocó a Costa de Marfil. Con el empate estaría clasificada. En el ultimísimo minuto, un penal clasificó a Grecia. Pero a los griegos les tocó una suerte dudosa: enfrentarán a Costa Rica, la gran sorpresa de este Mundial, capaz de desafiar y contrariar todos los oráculos.
Italia y Uruguay, a su vez, entraron a la cancha con hambre de goles. Tan grande era el hambre uruguaya que Suárez pegó tremendo mordisco a Giorgio Chiellini. El italiano quedó con la marca en el hombro. El uruguayo enfrenta el riesgo de ser sumariamente suspendido por el resto del Mundial. Uruguay ganó 1-0, lo suficiente para despachar a los italianos de regreso a sus hogares. Después de España e Inglaterra, ha sido el tercer campeón mundial en caer fulminado en la primera etapa.
Con eso se definieron cuatro de los partidos de la próxima etapa. Todos durísimos: Holanda y México, Costa Rica y Grecia, Colombia y Uruguay, Brasil y Chile. Entre mañana y el jueves se definen los demás.
Sábado, en Belo Horizonte, Brasil tendrá un juego difícil frente a Chile. Pese a la alegría y al entusiasmo luego de la victoria sobre Camerún, el pasado lunes, la verdad es que la hinchada todavía no se convenció de las bondades de la verdeamarela. Seguimos con la dependencia de Neymar, que se consagra como la gran estrella de los ataques de este Mundial. Luis Felipe Scolari es reacio a hacer cambios en el equipo. Con eso aumenta aún más la tensa expectativa de la hinchada.
Quien también aumenta la expectativa –pero de los chilenos– es una cierta Marlen Doll (nombre artístico, por supuesto). Se trata de una falsa rubia de formas generosas y sonrisa pícara, que se define como actriz de películas para adultos
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Con espíritu profundamente patriótico anunció, antes del partido entre chilenos y españoles, que si su país ganaba practicaría sexo gratis durante 16 horas, sin tregua ni pausa, con un grupo elegido a través de sorteo. Cumplió.
Ahora anuncia que si Chile derrota a Brasil serán dos días de sexo continuo. La lista de candidatos es grande.
Lo que mucha gente se pregunta es cuál será su oferta en el caso bastante improbable de que Chile gane el Mundial.