Los matagigantes
a modesta selección de Costa Rica se convirtió en la matagigantes del Mundial. Con la victoria frente a Italia corroboró su buena forma y terminó por echar por la puerta trasera a Inglaterra; además, puso en aprietos a la azzurra, para erigirse en la máxima sorpresa del certamen brasileño con un juego quizá no tan vistoso, pero ordenado, sobrio y eficaz.
La llave D fue bautizada como grupo de la muerte. ¡Vaya que se buscó abrirle la brecha a Brasil!, pues nunca antes se había encasillado a tres monarcas del orbe en un solo grupo, de antemano se les ponía como cabeza de serie para evitar esa aglomeración de poderío. No obstante, los ticos ya están con honores en la siguiente fase. Ahora hay en la mesa un plato muy apetecible: la lucha a muerte entre Uruguay e Italia. La apuesta es por la garra charrúa
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Jorge Luis Pinto se estrena con estruendo en una Copa del Mundo. Por primera vez están en la máxima cita futbolística tres estrategas colombianos –los otros son Reinaldo Rueda (Ecuador) y Luis Fernando Suárez (Honduras)–, pero Pinto es el más obsesivo con la táctica y la disciplina, mientras el aspecto físico se da por sentado dada su formación como profesor de educación física, cuyos estudios cursó, por cierto, en Brasil.
No cabe duda que las selecciones europeas como España, Inglaterra y la misma Italia llegaron a medio gas tras el cierre de sus exigentes ligas y torneos continentales. La furia roja y la azzurra con equipos envejecidos, mientras el cuadro de la rosa presentó una interesante renovación en sus filas, con nombres como Sturridge, Oxlade-Chamberlain o Townsed; sin embargo, ya será para la próxima.
Para colmo, el país de la samba los recibió con su exuberante clima tropical, una auténtica bofetada que los dejó vulnerables. Otros equipos del viejo continente entraron a escena con ánimos de revancha, como Francia. El equipo de Didier Deschamps era una incógnita tras la baja de Franck Ribéry, todos esperaban que el delantero Karim Benzema se echara el equipo al hombro, pero no hubo necesidad, los bleus lucen como un equipo compacto, homogéneo.
Los galos quieren olvidar el episodio de indisciplina de Sudáfrica 2010, están en octavos tras aplastar a una Suiza que tardó mucho en reaccionar, y demostraron que la escuela de Clairefontaine se retroalimenta de sus ex colonias, ya que en esta cita abasteció de 16 jugadores nacidos en Francia a Argelia, del grupo H.