Viernes 20 de junio de 2014, p. 23
Washington, 19 de junio.
Los representantes republicanos escogieron este jueves a Kevin McCarthy, un republicano relativamente moderado, como su segundo al mando mientras tratan de unirse y dejar atrás las batallas intestinas que comenzaron con la asombrosa derrota de su líder de la mayoría en una elección primaria.
En resultado ampliamente esperado, McCarthy, de California, derrotó al más conservador Raúl Labrador, de Idaho, por el cargo de líder de la mayoría en una votación secreta.
La agitación republicana comenzó cuando el líder de la mayoría, Eric Cantor, perdió inesperadamente la primaria de Virginia la semana pasada a manos de un candidato más conservador respaldado por el movimiento Tea Party. Cantor anunció rápidamente que renunciaría al liderazgo de la mayoría el 31 de julio, lo que desató rápidamente movidas de los que aspiraban a relevarlo.
Pero no es probable que los retos que enfrenta el liderazgo republicano cambien. Su labor es guiar a los frecuentemente irritables legisladores de base a las elecciones legislativas de noviembre, a la vez que enfrentan a un Senado controlado por los demócratas y al presidente Barack Obama.
La intranquilidad republicana, manifiesta sobre la base de factores ideológicos y regionales, se hizo sentir en pleno cuando los legisladores se reunieron en privado para elegir a sus líderes para lo que resta del año.
Labrador era apoyado por algunos que alegaban que la derrota de Cantor mostraba la necesidad de que el partido tomara una nueva dirección, más conservadora. Pero la habilidad de McCarthy para ayudar a la relección de sus colegas y para mantener relaciones personales le dio rápidamente la ventaja.
Más competitiva fue la campaña por el remplazo de McCarthy como director de disciplina de su bancada, que ganó Steve Scalise, de Luisiana, una señal clara de que los legisladores de base querían a un republicano de un estado profundamente conservador en la cúpula legislativa por primera vez desde que el partido consiguió el control de la Cámara en 2010.
A los pocos momentos de la elección de McCarthy, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) emitió una declaración que pide a McCarthy programar una votación sobre la reforma de las leyes de inmigración, que incluya una vía de naturalización para los millones de inmigrantes que viven sin autorización en el país.
El asunto ha dividido desde hace mucho a los republicanos y figuró de manera prominente en la derrota de Cantor hace poco más de una semana.