Fue al Mundial de Futbol con su familia
Aparecía en las listas de sospechosos de Interpol
Miércoles 18 de junio de 2014, p. 28
Dos grandes competencias deportivas han sido escenarios para que Estados Unidos a través de Interpol y autoridades locales lograran la captura de presuntos narcotraficantes mexicanos. El lunes en Río de Janeiro, cuando pretendía viajar a la ciudad de Fortaleza para asistir al partido México-Brasil, fue aprehendido José Díaz Barajas, originario de Guadalajara, Jalisco, e identificado por agencias estadunidenses como productor y distribuidor de drogas sintéticas en ese país.
En 2000, en Hawai, Estados Unidos, y Sidney, Australia, cuando se realizaban los Juegos Olímpicos, fueron detenidos tres nacotraficantes originarios de Ojinaga, Chihuahua, donde se les conocía como líderes del grupo de Los Kikos, y en su corrido se les nombró como Los Tres de la Sierra, tras ser detenidos.
En Brasil, el juez Marco Aurelio Mello autorizó el arresto del sospechoso el lunes por la noche, ya que había sido ubicado horas antes en un hotel de Río de Janeiro, donde se hospedaba con su esposa y dos hijos de 18 y 29 años.
El gobierno mexicano no cuenta con antecedentes penales o denuncias en contra de José Díaz Barajas ni el fuero federal ni por parte de la Procuraduría General de Justicia del estado de Jalisco.
El gobierno brasileño dio a conocer que el hombre había ingresado al país el miércoles de la semana pasada vía terrestre por el pueblo turístico de Foz de Iguazú, proveniente de Argentina. Como se encontraba en la lista de sospechosos de Interpol, el gobierno de Estados Unidos fue contactado y rápidamente presentó a un tribunal federal de Brasil la solicitud de extradición.
La Policía Federal dijo que el supuesto traficante continuará preso hasta finalizar el proceso de extradición y la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) informó que ayudó a las autoridades brasileñas en la captura del sospechoso.
Hace 14 años, en los Juegos Olímpicos un grupo llamó la atención: eran hombres vestidos con sombreros de charro, la cara pintada con rayas en verde, blanco y rojo, banderitas, matracas y una manta que aludía al triunfo de Vicente Fox en las elecciones presidenciales.
La DEA identificó a los mexicanos que habían estado presentes en las competencia de box apoyando a los mexicanos, y fueron tomados por las cámaras de televisión cuando se desarrollaba la pelea de Christian Bejarano. Se les identificó como Francisco Ríos Valderrama y Eduardo Quiroz García, así como su escolta Rubén Carrasco Valdez.
Los dos primeros fueron aprehendidos en Sidney, el tercero en Hawai, y fueron procesados por traficar más de 30 toneladas de mariguana a Estados Unidos. Se encuentran sentenciados a 25 años de prisión.