París, 17 de junio.

La policía francesa dispersó con gas lacrimógeno a cientos de manifestantes ferroviarios que se congregaron frente a la Asamblea Nacional –cámara baja del Parlamento–, donde hoy comenzó el debate de un proyecto de ley para reformar el sistema estatal de ferrocarriles, al que se oponen los trabajadores del sector, que mantienen una huelga.

Los trabajadores bloquearon el paso de los vehículos, lanzaron bengalas y arrojaron botellas a la policía, que redujo físicamente a algunos manifestantes luego de lanzar gas lacrimógenos.

Otro grupo de ferroviarios marcharon sobre las vías de la estación de trenes de Montparnasse de París, que une ciudades del oeste y el suroeste de Francia, y lanzaron botes de humo. En Marsella y otras ciudades francesas también hubo protestas.

La huelga, convocada por las centrales sindicales desde el miércoles de la semana pasada, fue prorrogada hoy por 24 horas más, pero no ha afectado líneas internacionales como el Eurostar de París a Londres.

El proyecto para reformar el sistema estatal de ferrocarriles tiene por objetivo estabilizar la enorme deuda de 44 mil millones de euros del sector ferroviario francés y preparar su apertura a la competencia. Se prevé la unión de la SNCF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses) y la RFF (Red Ferroviaria de Francia), lo que abriría las puertas a la competencia, pero los trabajadores temen que la reforma signifique menos empleos y menor seguridad laboral.

En otro asunto, la población francesa está conmocionada por la golpiza propinada a un gitano de 16 años por 10 personas que el viernes pasado lo sacaron de su campamento en París, lo acusaron de robo y lo dejaron inconsciente.

La agresión fue condenada hoy por el presidente François Holland. Estos actos son despreciables, injustificados y van en contra de los principios de la República, dijo. El joven fue hospitalizado y se encuentra en coma inducido, mientras la justicia francesa abrió una investigación.