Bagdad, 15 de junio.

Irak se acerca a una guerra sectaria total. El Estado Islámico de Irak y el Levante (conocido como Isil) masacra a docenas de soldados iraquíes en venganza por la pérdida de uno de sus comandantes, y partidarios del gobierno en Bagdad advierten que la extensión de los combates hacia la capital podría provocar asesinatos en masa de la población minoritaria sunita.

Una declaración no verificada de los militantes de Isil en Twitter afirma que ha ejecutado a mil 700 prisioneros. Se muestran imágenes de matanzas en media docena de lugares.

Isil ha publicado fotografías que parecen mostrar prisioneros que son subidos a camiones de carga por hombres armados y enmascarados, y más tarde obligados a tenderse boca abajo en una zanja con las manos atadas a la espalda.

Las fotos finales muestran cuerpos ensangrentados de soldados cautivos, probablemente chiítas, que constituyen gran parte de las filas del ejército iraquí. Los pies de las fotos indican que la masacre se cometió en venganza por la muerte de un comandante de Isil, Abdul-Rahman -Beilawy, reportada poco antes de la sorpresiva ofensiva de Isil que se extendió la semana pasada por el norte de Irak, en la cual capturó los bastiones sunitas de Mosul y Tikrit.

Militantes chiítas salen de Bagdad para establecer una nueva línea de batalla a 100 o 120 kilómetros al norte de la capital. La demografía comienza a contar contra Isil, conforme sus combatientes entran en provincias mezcladas como Divala, donde hay chiítas y kurdos además de sunitas.

En Mosul, adonde en un principio huyeron 500 mil refugiados, los sunitas vuelven a la ciudad. Isil ordenó a los comerciantes bajar el precio de combustibles y alimentos, pero las minorías étnicas y religiosas tienen demasiado miedo de Isil para volver a sus hogares. La gente de Bagdad tiene miedo de lo que pueda ocurrir en los próximos días, expresó un residente, pero añadió que es gente acostumbrada a temer los sucesos por venir.

Los bagdadíes han estado almacenando alimentos y combustible para el caso de un sitio. No hay sonido de disparos en la ciudad, aunque los registros en puntos de revisión son más intensos que antes y tres de cada cuatro entradas a la Zona Verde están cerradas.

Si bien las tropas de Isil son las que causan la mayor conmoción, su rápido éxito militar y la desintegración de cuatro divisiones del ejército iraquí han provocado un levantamiento general sunita. Por lo menos participan seis u ocho facciones militantes sunitas, muchas encabezadas por antiguos baazistas y oficiales de los servicios de seguridad de Saddam Hussein. Sin embargo, el factor que mayormente opera en favor de Isil es el sentido prevaleciente entre los cinco o seis millones de sunitas de Irak de que se acerca el fin de su opresión.

Los chiítas de Irak ven lo que ocurre, no como una reacción justificada de los sunitas contra el gobierno que los oprime, sino como un intento de restablecer el viejo gobierno dominado por sunitas, señaló un observador en la capital. Tanto en el bando chiíta como en el sunita se acumulan factores para una sangrienta confrontación sectaria en gran escala.

El alzamiento de jóvenes milicianos chiítas fue disparado por el llamado del gran ayatola Alí Sistani, el reverenciado clérigo chiíta, de que la gente se una a las milicias. Las calles hierven, comentó el observador.

Unos mil voluntarios han partido de la ciudad santa de Kerbala hacia Samarra, ubicada en el frente y asiento de la mezquita de Askari, uno de los templos chiítas más sagrados en una ciudad donde la mayoría es sunita.

Se dice que Asaib Ahl Haq, milicia chiíta cercana a los iraníes, ha recapturado la ciudad de Muqdadiyah, en Diyala, y Dulu’iyah, más al oeste, hacia Samarra.

Un problema en Irak es que las divisiones sectarias son peores en las zonas de población mezclada: el país no se podría dividir en sectores sin un gran derramamiento de sangre, como ocurrió en India en tiempos de la independencia.

La guerra civil entre sunitas y chiítas en 2006-07 se centró en Bagdad y eliminó la mayoría de barrios mezclados. Los sunitas que no habían huido se sostuvieron en enclaves ubicados en su mayoría en el oeste de la capital.

Se cree que un grupo de consejeros de la Guardia Revolucionaria iraní conjunta una nueva fuerza militar sacada del ejército y las milicias. El mando regular del ejército ha quedado desacreditado por el espectacular fracaso de los 10 días recientes.

La participación de milicianos chiítas en el frente aumenta la probabilidad de asesinatos de sunitas en masa. Esto había empezado a ocurrir ya desde antes de la actual ofensiva en la provincia de Diyala y en Iskandariya, al sureste de Bagdad, donde se dice que militantes construyen bombas en autos y camiones y donde los militantes chiítas han adoptado una política de tierra arrasada, según testigos.

Irak se ha desmembrado al aprovechar los kurdos el colapso del ejército regular en el norte para hacerse con Kirkuk, la parte norte de Diyala y la meseta de Nínive.

Los kurdos han reclamado esos territorios desde hace mucho tiempo, afirmando que fueron echados de allí como parte de una limpieza étnica en tiempos de Saddam Hussein. Muchas de esas zonas son ricas en petróleo.

El gobierno en Bagdad, aunque afirma que volverá a Mosul, está debilitado. Sus activos militares han resultado mucho menos efectivos de lo que aún los críticos más severos pensaban. Si hay un contrataque, tendrá que venir pronto, pero no hay indicios de él.

Isil ha llevado algunos tanques, artillería y otro equipo pesado a Siria, lo cual podría indicar que no quiere usarlos en Irak. Pero, como fuerza militar, a últimas fechas se ha basado en rápidas incursiones con tácticas guerrilleras, así que tal vez no requiera muchas armas pesadas.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya