Curitiba, 15 de junio.

Irán y Nigeria disputarán un partido vital en sus aspiraciones para arrancar con tres puntos en una llave donde el gran favorito, Argentina, logró dar la primera estocada a Bosnia Hezergovina, los rivales en puerta.

El objetivo de Irán: superar a Nigeria y sorprender después a Bosnia, pues la albiceleste de Lionel Messi parece un adversario fuera de su alcance.

También parece esa la meta para Nigeria, selección que sueña con repetir los octavos de final que alcanzó en Estados Unidos 1994 y cuatro años después en Francia. Para los nigerianos, el encuentro es decisivo, dijo el delantero Emmanuel Emenike, del Fenerbahce de Estambul.

La selección iraní, entrenada por el portugués Carlos Queiroz, ocupa actualmente el puesto 43 del listado mundial de la FIFA y llega al debut después de varias disputas internas en la Federación, que ha decidido no renovar el contrato del entrenador una vez que termine el certamen, ya que pide un sueldo demasiado elevado.

El ambiente tampoco es el ideal entre los campeones africanos.

Líderes del vestuario, como el capitán Joseph Kono o la estrella del Chelsea John Obi Mikel, tuvieron sus palabras con la cúpula de la federación para llegar a un acuerdo por las primas, dolor de cabeza del equipo nigeriano también en la Copa Confederaciones de hace un año.