Clarividentes
lgunos kilómetros hacia la final descontó la selección brasileña, al ponerse en marcha su Copa del Mundo.
Los clarividentes de la FIFA se ahorraron la vergüenza únicamente durante los primeros 45 minutos. Después, de la mano del árbitro japonés, se rompió el empate que había pronosticado el organismo rector del futbol mundial (con autogol brasileño incluido) en el partido inaugural.
El aire apocalíptico que apareció en el estadio, y en todos los rincones de Brasil, al ponerse adelante Croacia en el marcador, terminó por disiparse con la segunda anotación de Neymar, al concretar un inexistente penal.
Todo volvió a la normalidad. Y hasta para las casas de apuestas terminó siendo una jornada normal. Para éstas, Brasil es el gran favorito y por eso en Las Vegas se pagaban 180 dólares por cada 100 puestos de juego, mientras que por Croacia eran 10 mil dólares por cada 100.
La ayuda
que recibió el anfitrión tampoco causa sorpresa. Es regla no escrita en la FIFA, para que no se venga abajo el negocio.
Es más, por todo lo que se está viviendo fuera de la cancha, con las protestas de la gente, por un momento en el encuentro se recordó la consigna de Argentina 78, aquella de que cuando no hay motivos políticos, suele ganar el mejor.
Los manifestantes se hicieron presentes en esta jornada inaugural, y desde París les llegó una muestra de solidaridad. El campeón del mundo en Francia 98, Emmanuel Petit criticó también el excesivo gasto que hizo el gobierno para el Mundial 2014; piensa que lo que ocurre en Brasil es indecente
.
Otro ex campeón mundial que manifestó su malestar, fue el uruguayo Alcides Ghiggia, quien marcó el 2-1 en 1950, con lo que se consumó el Maracanazo.
La leyenda del balompié no fue invitado a la inauguración, según reveló la víspera, como sí ocurrió en la Copa del Mundo de Alemania 2006, y en la de Sudáfrica 2010.
De Alcides no sólo se recuerda esa anotación, sino la declaración que hizo después: Sólo tres personas en la historia han conseguido hacer callar Maracaná con un solo gesto: el Papa, Frank Sinatra y yo, que fui el primero
.
