Desarrollan material submicrónico, microbicida, que actúa contra hongos, bacterias y virus
Los nanosistemas interactúan con la mucosidad que recubre el epitelio, son retenidos por mayor tiempo y liberan su principio activo de forma controlada
, mientras los óvulos y geles se escurren, por lo que su efectividad es baja, explica Elizabeth Piñón, coordinadora de la investigación
Viernes 13 de junio de 2014, p. 2
Uno de los problemas más frecuentes que enfrentan las mujeres son las infecciones vaginales. Cifras internacionales muestran que este tipo de padecimientos son motivo de 80 por ciento de las consultas al ginecólogo.
Hoy existen diversos fármacos para atenderlas, sin embargo, la mayoría son incómodos y son de difícil aplicación. Por ello, un equipo de investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) trabaja en un proyecto de nanopartículas que sería más eficiente para atacar estas infecciones.
Académicos del laboratorio de Sistemas Farmacéuticos de Liberación Modificada, de la Unidad de Investigación Multidisciplinaria (UIM) de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la UNAM, desarrollan una investigación orientada al diseño de nanopartículas de aplicación vaginal.
Existen diversos tipos de infecciones vaginales que aparecen sobre todo por algún tipo de hongo. Las causas son diversas: por usar ropa ajustada o ropa interior de materiales sintéticos, pasar mucho tiempo sentada, por el mal empleo de los protectores diarios, lo que no permite la ventilación natural que necesita de la vulva. Pero también por cansancio o estrés excesivo, una dieta inadecuada, mala higiene o por tratamientos hormonales.
Patente de académico de la FES Cuautitlán
Elizabeth Piñón Segundo, responsable del laboratorio y quien coordina este proyecto de ciencia básica, financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), señaló que la idea es elaborar nanopartículas poliméricas de acetato ftalato de celulosa, polímero con propiedades microbicidas que, por sí mismo, actúa contra algunos hongos, bacterias y virus.
Los investigadores incluyen además agentes antimicrobianos o antimicóticos (miconazol, nitrato de miconazol y clotrimazol), empleados para el tratamiento de padecimientos vaginales, de alta incidencia entre la población.
Para obtenerlos se parte del polímero preformado de manera granular, que es disuelto con un solvente orgánico parcialmente miscible con el agua; pasa por un mecanismo de emulsificación-difusión, cuyo resultado es una suspensión de nanopartículas. Este método fue patentado por David Quintanar Guerrero, también académico de la FES Cuautitlán, con quien colabora el equipo de Piñón Segundo.
La académica mencionó algunas ventajas de esta formulación: Por lo general, para las infecciones vaginales se usan óvulos, geles o tabletas, que son de difícil aplicación, incómodos y generan escurrimientos. Debido a ello, el tiempo de contacto del fármaco con el tejido mucosal es corto (además, por los procesos de autolimpieza vaginal). En consecuencia, la cantidad de fármaco que logra tener un efecto terapéutico es baja
.
En cambio, al tener un tamaño de partícula submicrónico (nano), ésta puede interactuar con la mucosidad que recubre el epitelio, de modo que los nanosistemas sean retenidos por mayor tiempo y el principio activo que contienen sea liberado de forma controlada
. Esto promueve una mayor efectividad.
Una vez elaboradas las nanopartículas, se buscará aumentar sus propiedades bioadhesivas con la idea de mejorar su interacción con la mucosa vaginal. Con este fin, el equipo de Piñón Segundo comenzará a trabajar a partir de este año en un proyecto del Programa de Apoyos a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica de la UNAM.
El propósito es incluir en la superficie de estas nanopartículas moléculas que interactúen con la mucina y, como consecuencia, prolonguen su tiempo de residencia. Esto aumentará aún más la efectividad del medicamento.
Al prolongar el tiempo de contacto entre fármaco y tejido orgánico, las mujeres no deberán administrar de manera constante una formulación (muchas pacientes desisten del tratamiento tradicional en cuanto ven mejoría, pero se debe dosificar hasta el final del tratamiento).
Además del acetato ftalato de celulosa, se buscará incluir otros polímeros biodegradables como el ácido láctico y ácido poliláctico-co-glicólico. Mediante la modificación de las propiedades bioadhesivas de estos materiales, pueden ser dirigidas a cualquier mucosa
, como la bucal o nasal.
Tales formulaciones, además de permitir una liberación controlada, se pueden dirigir de forma concreta al sitio de acción requerido, sin que haya pérdida del fármaco en otros procesos metabólicos; por ejemplo, uno administrado por vía oral puede ser biotransformado en el hígado por el efecto del primer paso hepático
, por lo cual requiere dosis más grandes para ser efectivo.