Madrid, España, 10 de junio.

La salida de Pemex de la petrolera española Repsol es una decisión gerencial, técnica y financiera que en ningún caso afectará las relaciones bilaterales entre los gobiernos de España y México, aseguró el presidente Enrique Peña Nieto.

El pasado 3 de junio, Pemex informó su decisión de vender sus acciones en esa compañía, lo que constituyó el retiro definitivo de su participación en la multinacional española después cuatro décadas.

Pemex sólo tiene ahora 1.4 por ciento de las acciones de la empresa española, pero las venderá en agosto próximo. Además, ya abandonó formalmente el consejo de administración tras una larga y tensa disputa entre la dirección ejecutiva de la petrolera española, presidida por Antonio Brufau, con sus homólogos mexicanos.

Desde la venta de acciones, el presidente de México no se había pronunciado sobre este asunto.

Interrogado por un periodista español si tal decisión no representaba un gesto hostil del gobierno mexicano al tratarse de una empresa paraestatal, Peña Nieto explicó: la salida de Pemex del acuerdo de participación en Repsol básicamente fue una definición tomada por la empresa a partir de una ponderación de la rentabilidad que esto significaba para Pemex, de una valoración de orden financiero y económico. De ninguna manera proyecta ni significa nada en el ámbito de la relación cercana y de hermandad que hay entre dos gobiernos y entre las dos naciones.

Negocios con los astilleros gallegos

Al mismo tiempo, dos fuentes de la comitiva oficial mexicana confirmaron a La Jornada que la acción en Repsol no modificará los proyectos en marcha de Pemex con los astilleros gallegos para construir dos floteles y donde compró además 51 por ciento de la naviera Hijos de J. Barreras en noviembre del año pasado.

Durante la rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa ofrecida al término de sus reuniones formales de trabajo, Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, y Peña Nieto informaron sobre la firma de 21 acuerdos entre ambos países, en el marco de un plan de acción global que sienta las bases de una asociación estratégica para intensificar aún más relaciones entre ambos países.

Entre los acuerdos destacan uno relacionado con la colaboración en la lucha contra la delincuencia organizada, uno más en materia educativa, para el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas, turismo y otro para agilizar los trámites de movilidad internacional de trabajadores.

El mandatario español destacó por su parte que México es nuestro principal cliente y nuestro principal proveedor en la región. Las empresas españolas han apostado por el mercado mexicano y lo han hecho a largo plazo, advirtió.

Durante la conferencia de prensa, Rajoy y Peña Nieto resaltaron en todo momento el excelente nivel de la relación bilateral. El primero ratificó además el respaldo español al interés de México por renegociar el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea signado hace 14 años.