La dirigencia nacional del PAN rechazó la política económica oficial y demandó al gobierno de Enrique Peña Nieto echar abajo su reforma fiscal, porque no favorece el desarrollo del país y ahonda la desigualdad social.

Gustavo Madero, líder nacional del blanquiazul, se reunió con los diputados de su partido, con quienes habló sobre la pobreza, la desigualdad y la urgencia de cambiar de modelo económico, el mismo que siguieron Vicente Fox y Felipe Calderón.

Incluso propuso iniciar una reflexión nacional que aborde el modelo económico. A un año de que se realice la elección federal intermedia, el líder panista hizo un llamado a la unidad interna de su partido. Para él, ya no existen las enormes diferencias entre sus seguidores y los de Ernesto Cordero. El mensaje fue de evidente propaganda electoral.

Pidió a sus correligionarios construir el futuro glorioso, grande y trascendente del blanquiazul.

“El PAN tiene una misión trascendente que cumplir en nuestro país: es más democrático, menos cupular, más federalizado y menos centralista, pero también está menos orientado a reconocerle a las vacas sagradas y más a la gente que trabaja diariamente por fortalecer al partido, a la gente que se la rifa.

Las vacas sagradas

“Estuve buscando el tema de las vacas sagradas, y no es peyorativo, viene de la cultura hindú, pero lo que sí, más que reconocer el desafecto a estas figuras, es el peso que tendrán (sic) ahora la gente que se la rife por el trabajo directo de los militantes.

El partido de hoy es menos endogámico (práctica de contraer matrimonio entre personas de ascendencia común) y más social, menos volcado hacia sus problemas intestinos y más a los de los ciudadanos.

Antes, entrevistado por los reporteros, que fueron tratados con desdén durante horas por los panistas, Madero pidió a los gobernadores y legisladores del PRD que procesen la ley reglamentaria en materia político-electoral, porque observa obstáculos del PRI.

Adelantó que su partido espera que el 15 de junio represente una fecha fatal para el inicio del procedimiento aprobatorio de las reformas político-electoral, de telecomunicaciones y energética.

Después, en el encuentro con sus correligionarios, apuntó los defectos de la reforma fiscal del gobierno de Peña Nieto: “es imposible defenderla; se tiene que revisar.

“No puede un gobierno renunciar a su facultad de analizar qué está funcionando y qué no de su esquema fiscal, el cual no está combatiendo la pobreza, no le está ayudando a los pequeños y medianos empresarios que quieren superar y crecer y dar mayores oportunidades de desarrollo a sus familias.

La reforma fiscal está inhibiendo el crecimiento, pero también no está atendiendo a los problemas de combate a la desigualdad. Los enormes subsidios que existen en nuestro país son mayoritariamente regresivos, favorecen a los que más tienen, y este debate, aunque le cueste, aunque le duela al PRI, que fue el que los diseñó para mantener a sus clientelas, tenemos que abrirlo, concluyó.