Martes 10 de junio de 2014, p. 24
Kirkuk, Irak, 9 de junio.
Al menos 35 personas murieron este lunes en atentados en Irak, 28 de ellas en la explosión de una bomba en una carretera seguida de un atentado suicida con camión bomba en el norte del país.
El doble atentado se produjo en Tuz Jurmatu y dejó también a 148 personas heridas, informó Shalal Abdul Baban, un responsable local, quien precisó que cuatro de los fallecidos eran policías y que el ataque dejó destrozos importantes. Un balance anterior cifraba en 21 el número de fallecidos.
Los insurgentes perpetraron el ataque en un puesto de control de la policía cerca de la sede local del partido de la Unión Patriótica del Kurdistán del presidente iraquí, Jalal Talabani.
Dos soldados murieron y otros cinco resultaron heridos en otro atentado suicida con coche bomba en un puesto de control del ejército en Baquba (sur), mientras que otras dos personas murieron en varios ataques en Bagdad, dijeron fuentes oficiales.
En Mosul, a unos 300 kilómetros, la explosión de un camión cisterna cerca de un puesto del ejército mató a tres soldados y dejó a otros 13 heridos, según un teniente coronel de la policía y un empleado de la morgue.
La víspera, al menos 26 personas murieron en todo el país, 18 de ellas en otro doble atentado contra las oficinas de un partido kurdo y un edificio vecino de las fuerzas de seguridad, al norte de Bagdad.
Este ataque se produjo en la ciudad multiétnica de Jalawla, que forma parte de los territorios del norte de Irak que los dirigentes del Kurdistán iraquí quieren integrar en su región autónoma, a lo que se oponen las autoridades centrales de Bagdad.
El ultra radical grupo Estado Islámico en Irak y Levante (EIIL) reivindicó los atentados de Jalawla en un comunicado, y afirmó que fueron llevados a cabo por dos atacantes suicidas, un egipcio y un kurdo iraquí. La inseguridad es uno de los principales problemas de Irak, donde la violencia mata cada día a un promedio de más de 25 habitantes.
En total, más de 4 mil 300 personas han muerto en ataques desde el comienzo del año, de los cuales más de 900 en mayo.
Las autoridades atribuyen esta espiral de violencia a factores externos, sobre todo a la guerra en la vecina Siria. Pero diplomáticos y expertos afirman que se debe principalmente al descontento de la minoría sunita, que se considera marginada.