El problema del tránsito vehicular en la ciudad de México se torna cada día más grave debido a la continua incorporación de autos nuevos a la circulación diaria, que ha hecho que en vialidades primarias, como Insurgentes, la velocidad en horas pico sea de 6 kilómetros por hora, menor a la que se desplazaban los tranvías hace más de un siglo, en 1904, que era de 10 kilómetros por hora, aseguró Carlos Gershenson García, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En entrevista, resaltó que las cifras disponibles indican que cada año se suman al parque vehicular de esta capital 300 mil automóviles nuevos, cifra que duplica el número de nacimientos que se registran en el Distrito Federal, que es de 150 mil por año.

Tal situación, dijo, impacta negativamente en la movilidad de los habitantes de esta capital y de la zona metropolitana, quienes llegan a destinar hasta seis u ocho horas diarias a desplazarse de un lugar a otro.

Gershenson García, estudioso de temas relacionados con la movilidad, detalló que en la ciudad de México circulan 9 millones de automóviles, tanto del DF como de los municipios conurbados, y a pesar de eso siguen sumándose 300 mil más por año.

Consideró que un factor que está detonando ese aumento constante de automotores es el programa Hoy no circula, que los vuelve obsoletos a los ocho años, por lo que hay quienes se compran otro carro para sustituir el que deja de circular un día; además, expresó, subsidiar la tenencia no ha ayudado a que haya menos automóviles.

Para el investigador universitario, en el Distrito Federal hay necesidad de movilidad; la gente tiene que desplazarse a su centro de estudio o trabajo, y al no tener su casa cerca de esos puntos busca cómo desplazarse y eso genera la saturación del transporte y de las vialidades en ciertas horas, como ocurre en los paraderos de Indios Verdes, Rosario o Pantitlán y en avenidas como Viaducto, Periférico e Insurgentes.

La situación es tal explicó– que llega el momento en que las vialidades elevadas que se han construido en los últimos años también se cargan de autos y entonces acaban circulando a velocidades todavía menores, ya que en las salidas de esas obras se forman cuellos de botella difíciles de librar.

Con relación al impacto directo en las personas, comenta que esos problemas de movilidad en la ciudad y su zona metropolitana ocasionan que muchos gasten hasta seis u ocho horas en desplazarse de un lugar a otro; es tiempo en el cual no puedes estudiar ni trabajar ni estar con la familia, que es lo que pasa con mucha gente que llega al centro de la ciudad, a Santa Fe o Polanco, procedente de lugares como Tecámac, Zumpango o Texcoco, que se han convertido en ciudades dormitorios, pues sus habitantes salen a las 4 de la mañana y regresan a las 11 de la noche.