En México trabajan alrededor de 3 mil 800 siquiatras y la mayoría están concentrados en las grandes ciudades. Son los especialistas en el manejo de enfermedades mentales como depresión, ansiedad y esquizofrenia, entre las más comunes, pero por su número no alcanzan a cubrir la demanda de atención de los pacientes. Las estadísticas más recientes indican que una tercera parte de la población presenta alguno de estos males, alguna vez en la vida.

Gonzalo Alemán, siquiatra y experto en farmacología, advirtió que la disponibilidad de mayor cantidad de medicinas genéricas favorece el control de los trastornos, aunque también hay otros retos por vencer, como el estigma en torno a los padecimientos mentales y el uso de medicamentos.

Otros expertos resaltaron que la escasa oferta de atención médica en el sistema nacional de salud también influye para que junto con la falta de información, los afectados obtengan el diagnóstico clínico siete años después del inicio de los síntomas.

Las enfermedades mentales ocupan el quinto sitio como carga de enfermedad y, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, a corto plazo serán la principal causa de pérdida de años de vida saludable.

Los médicos consultados resaltaron que sólo uno de cada 10 afectados recibe el tratamiento médico que requiere.

El pasado jueves, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) anunció la entrega de cuatro nuevos registros sanitarios de medicamentos para el control de la depresión. La sustancia activa es Duloxetina (desarrollada por el laboratorio Eli Lilly con el nombre comercial Cymbalta), la cual recientemente concluyó sus derechos de propiedad industrial y, por tanto, puede ser fabricada por otros laboratorios.

Ya hay otros 44 productos farmacéuticos de cuatro sustancias activas distintas para el manejo de esquizofrenia, trastorno bipolar, ansiedad y Alzheimer, aunque el doctor Gonzalo Alemán, jefe del servicio de Psiquiatría del Sistema de Transporte Colectivo Metro y con experiencia de 40 años en el tema, llamó la atención sobre la importancia de que los pacientes tomen los fármacos que les prescriban los médicos aunque sean genéricos.

Sostuvo que los fármacos son de alta calidad y no ocasionan ningún tipo de adicción si se les usa correctamente.

Respecto de los genéricos, puntualizó que también se debe tener cuidado porque entre ellos hay variaciones. Si bien contienen la misma sustancia activa y aprobaron pruebas de bioequivalencia e intercambiabilidad para garantizar su seguridad y eficacia, no se han probado en pacientes, sino sólo con pruebas de laboratorio. Y eso hace una diferencia.

Resulta positivo que haya mayor acceso por precios más bajos de las medicinas; sin embargo, se debe hacer hincapié en que la decisión de la compra del producto no se debe guiar por el precio –si es genérico es más barato que uno innovador–, sino en la receta expedida por el médico especialista.