¿Quién dice que hacer ópera es costoso y complicado en términos logísticos? Al menos los creadores de Apoidea: breve ópera hexagonal han demostrado lo contrario, no sólo porque con 200 mil pesos lograron programar ocho funciones, sino porque la producción del montaje (escenografía y vestuario) cabe en una maleta.

La apuesta verdadera está en la parte vocal y musical, así como en el trabajo dramático; en resumen: en lo esencial del arte operístico, explican el compositor José Miguel Delgado y la mezzosoprano Catalina Pereda, productores de este título que desde hoy y todos los sábados de junio será presentado en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.

Tanto para el autor como para la intérprete, esta obra significa su incursión formal en las propuestas artísticas destinadas a los públicos infantil y juvenil, pues uno de los propósitos principales de Apoidea... es introducir a niños y jóvenes al mundo de la ópera.

Jesusa Rodríguez es la responsable de la dirección escénica y de la escenografía.

Que sea una ópera para niños y que su música y su historia sean sencillas de apreciar no implica que se trate de una propuesta fácil, ligera ni simplona. De acuerdo con Delgado y Pereda, el infantil es un público aún más exigente y difícil de convencer y atrapar.

Si algo de plano no le gusta o le aburre, de inmediato se distrae o comienza a hacer otra cosa, explican. Por ello el gran desafío es mantener todo el tiempo cautivada su atención.

El origen de esta ópera se remonta a 2010, cuando José Miguel Delgado recibió un encargo de la República Checa de una pieza breve para festejar el bicentenario de la Independencia de México.

Como el estreno sería en noviembre, pensó en una obra trágica y oscura relacionada con con la muerte. Por ello, en principio no se trataba de una obra para público infantil. La adaptación ocurrió apenas en enero pasado.

El compositor decidió representar ese tema mediante la vida de las abejas: La historia que cuenta la ópera se basa precisamente en lo que de verdad ocurre dentro de la naturaleza, al reconstruir y personificar las etapas más importantes y significativas de la vida de una abeja reina, que tiene todos los ingredientes de una tragedia.

De allí su título, pues Apoidea es el nombre de la familia de insectos himenópteros a la que pertenecen las abejas, precisa el autor, quien hizo mancuerna con el escritor argentino Germán Panarasi para elaborar el libreto.

Guiños a la música popular

En su condición de protagonista única de la obra, la cual está escrita para mezzosoprano y un ensamble de seis instrumentos, Catalina Pereda subraya el interés que tiene por el tema de esta ópera, el cual, a su decir, tiene varios niveles de lectura, pues si bien es una obra que cuenta la vida en un panal, también profundiza en aspectos filosóficos.

Muestra la controversia entre el determinismo y la libertad; es decir, si somos libres por naturaleza o nuestro destino está escrito. Me pareció algo muy interesante en una historia muy sencilla, que es la una abeja reina. Está basada en las seis etapas de su vida, desde que nace y tiene que matar a sus hermanas para quedarse con la corona hasta que muere, refiere la intérprete.

Su vida es una tragedia, pues sale una sola vez de la colmena y ese es el único momento de libertad de su existencia; después debe dedicarse a dar a luz a otras abejas. Al final, la obra invita a la reflexión, subraya, pues la reina asume que ha sido una soberana de la oscuridad y acepta que si hubiera tenido la posibilidad de elegir su destino habría optado por algo diferente: la libertad.

En términos sonoros, Apoidea... es una obra sencilla y agradable para el oído, en la cual se hacen referencias, citas y guiños a la música popular mexicana, entre ellos al danzón, destaca José Miguel Delgado, quien es también el director del ensamble que participa en la puesta en escena, creado ex profeso, el cual adopta el mismo nombre de la ópera.

La duración original de esta partitura apenas superaba 20 minutos y para estas representaciones el compositor, a iniciativa de Catalina Pereda y Jesusa Rodríguez, incluyó dos arias más, de tipo alegre y colorido, en las que rinde homenaje a Gioachino Rossini. Con ello, la obra dura 40 minutos.

Aunque la escenografía y el vestuario son elementos esenciales de este montaje, por lo atractivos que resultan en términos visuales, la inversión en ellos no fue fastuosa, además de que son sumamente transportables, al extremo de que caben literalmente en una maleta.

La idea, a decir de sus productores, es hacer de ésta una ópera de bajo costo y accesible de montar a donde se quiera. Existe la intención de llevarla a diversos puntos del país.

Por lo pronto, además de las funciones programadas en la sala Xavier Villaurrutia (Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec), a las 13 horas, se prevé montar por lo menos otras cuatro este año.

Antes, en marzo pasado, fue presentada en igual número de ocasiones como parte del festival México en el Centro Histórico.