Ante el acoso en las escuelas, el gobierno federal se alista para cambiar las reglas y/o protocolos de atención en los planteles, con énfasis en las secundarias. También aplicará una encuesta para diagnosticar el tamaño del problema.

Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación (SG), advirtió que es necesario definir límites en las escuelas, pero no satanizarlas. En su opinión, es una equivocación culpar a los maestros, en principio porque son docentes, no sicólogos especializados.

Es importante visibilizar este problema; sería un error ocultarlo. Sin embargo, resulta a todas luces inconveniente satanizar las escuelas porque, sobre todo en las zonas más violentas del país, las escuelas son un espacio de protección que debemos mejorar, dijo.

Campa asistió ayer a una reunión de funcionarios federales y estatales, responsables del sector educativo, donde se delinearon los planes, bajo la coordinación de la Secretaría de Educación Pública, para atender el problema de acoso en los planteles.

Un tema central en la discusión de hoy tiene que ver con reglas, con la definición de límites en las escuelas; contra lo que se pudiera suponer, sin límites los muchachos se sienten desprotegidos y es indispensable revisar el marco de reglas y de límites en las escuelas, comentó durante la conferencia de prensa que dio por la tarde.

Aseveró que los gobiernos estatales y federal aplican desde el año pasado planes contra la problemática, es decir, antes de los recientes episodios de violencia. Por lo pronto comentó que en el plan gubernamental no se descarta ampliar la revisión de mochilas.

Precisó las acciones para mejorar la convivencia escolar, el cual incluye cinco premisas:

1) La escuela es un factor de protección, espacio privilegiado que se debe mejorar.

2) La violencia es un síntoma de lo que pasa afuera (familia y comunidad).

3) Es necesario impulsar la mediación escolar para la resolución pacífica de los conflictos.

4) Se requiere el reconocimiento del problema y medirlo, y

5) La solución debe involucrar a toda la comunidad.

“Suponer (que el bullying) es un asunto que puede resolverse solamente con capacitación para los maestros sería un error”, dijo Campa.

Los programas de prevención de violencia escolar están concentrados en los planteles ubicados en las áreas de mayor violencia: 95 municipios y cinco delegaciones del Distrito Federal.

Medirán bullying

La información disponible acerca del tema no está actualizada ni es consistente, subrayó Campa, de ahí que es necesario conocer las características que está tomando el bullying, desde alumnos que se burlan o ponen apodos hirientes a sus compañeros, personas que esparcen rumores o mentiras y compañeros que se han llegado a drogar o a consumir alcohol dentro y fuera de la escuela; maltrato, golpes.

Por lo pronto está en preparación la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia, la cual será aplicada por el Inegi entre octubre y noviembre en 82 mil 250 viviendas, ubicadas en 47 localidades. Los resultados de la Ecopred estarán listos en abril de 2015.

La población a la que va dirigida es de los jóvenes de entre 12 a 29 años y jefes de hogar. El objetivo es medir la exposición de la comunidad a los factores de riesgo.

Por tanto, permitirá contar también con información para precisar los niveles de acoso y violencia escolar; evaluará además la deserción de niños y jóvenes.