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España en la coyuntura
E

n 2010 el gasto anual ejercido por la Presidencia de México fue de alrededor de 2 mil 306 millones de pesos que, divididos entre 13, nos da poco más de 177 millones de dólares (Edna Jaime y Eréndira Avendaño, La Presidencia de la República: un apartado que no conoce la crisis, documento del CIDE pero no responsabilidad de éste). En este estudio no se dice cuánto gasta, por ejemplo, el rey de España, pero sí el presidente del gobierno de ese país. En la gráfica 4 se establece un comparativo del presupuesto ejercido y personal que labora en el staff del Poder Ejecutivo en países seleccionados (miles de dólares 2010), y el de México está muy por encima de los de Francia y España. El primer ministro (presidente del gobierno) de España tiene un presupuesto anual menor al del presidente de México.

En México los cargos de jefe de Estado y de presidente recaen en la misma persona, en España en dos: el rey y el presidente del gobierno. Según Pedro Miguel ( La Jornada, 03/6/14), en España el erario destina al mantenimiento de La Zarzuela y a los salarios de la familia real y altos directivos 8 millones 434 mil euros, es decir, un poco menos de 149 millones de pesos. No tengo el dato del monto del gasto de la presidencia del gobierno en España, pero el sueldo bruto mensual de Rajoy es de poco más de 110 mil pesos en tanto que el de Peña ronda los 194 mil pesos. ¿Cuánto cuestan en España la jefatura del Estado y el gobierno juntos? No tengo los datos, pero no me sorprendería que fueran menos costosos que la presidencia mexicana que, en 2010, contaba con mil 500 empleados contra 640 del jefe del gobierno español.

Algunos analistas han dicho que la monarquía fue el expediente usado para garantizar la unidad del Estado español, es decir de España, y que si no fuera por ella Cataluña y el País Vasco estarían separados. Puede ser, no soy experto en el tema. Pero me parece una obsolescencia mantener monarquías en el mundo por más que los royals hayan optado por casarse con plebeyos o plebeyas, como es el caso de Felipe y Leticia (España), Guillermo Alejandro y Máxima (Holanda), Federico y Mary (Dinamarca), Haakon y Mette-Marit (Noruega), Victoria y Daniel (Suecia), Guillermo y Kate (Gran Bretaña) y otros que no recuerdo. La razón de estos matrimonios no es la democracia (que en esos países existe a pesar de las añejas monarquías) sino porque los matrimonios endogámicos no han resultado saludables para los descendientes. Por cierto, las monarquías de Suecia y Noruega son muchísimo menos costosas que el resto y que la de España, pero ésta es muchísimo más barata que la británica (la reina Isabel II de GB recibe alrededor de 65 millones de dólares al año, contra unos 11 millones de Juan Carlos I). Sin embargo, las monarquías no son las únicas que separan al jefe de Estado del jefe de gobierno, Alemania por ejemplo. Del presidente de este país pocos se acuerdan (se llama Joachim Gauck), pero la señora Angela Merkel es famosa en todo el mundo (es la jefa del gobierno y la que tiene el poder real).

Tanto las repúblicas como las monarquías parlamentarias suelen tener un jefe de Estado y un jefe de gobierno; las repúblicas presidenciales, en cambio, suelen tener a una sola persona en ambos cargos, con algunas excepciones como Corea del Sur, Armenia y otros pocos países. ¿Dos cargos son más costosos que uno solo? No necesariamente. ¿En todos los casos los jefes de Estado exclusivos son innecesarios? Tampoco. Su existencia tiene que ver con tradiciones y ciertas necesidades políticas de quienes forman las capas dominantes en cada país y a veces hasta de contrapesos a los presidentes o primeros ministros. ¿Todos los monarcas son parásitos y por lo tanto prescindibles? Yo pienso que sí y que ya es tiempo de que desaparezcan, sobre todo en países donde la crisis económica hace más cuesta arriba su manutención.

El próximo Felipe VI de España goza de más simpatías que su papá. Pero eso no lo hace imprescindible, salvo para quienes aspiraban al premio Príncipe de Asturias que ahora será rey (es una broma, pues este premio depende de una fundación privada. Sin embargo, no se sabe si continuaría si ya no hubiera herederos de la corona española).

La monarquía en España es de vieja tradición. La república, en cambio, ha tenido problemas para garantizar la estabilidad en ese país. La primera república fue breve y muy inestable. La segunda república prometía mucho más que la primera, tanto que tuvo que ser vencida por un cruento golpe de Estado de ultraderecha (¿los habrá de izquierda?). Pero ahora los tiempos son muy distintos y es muy probable que los españoles de hoy deseen más una república federal que una monarquía parlamentaria. Quizá el modelo alemán o austriaco pudiera ser el tránsito a una forma de poder unipersonal y democrático. La pregunta, sin embargo, es si será mejor que lo actual. Al parecer España está dividida en este y otros aspectos y sus problemas fundamentales no parecen tener relación con la existencia de un rey (no demasiado costoso, por comparación) sino más bien con las políticas de los jefes de gobierno que, tanto de derecha como de supuesta izquierda, han llevado al país a una de sus peores crisis.

rodriguezaraujo.unam.mx