Dentro de las fuerzas armadas, las mujeres han roto paradigmas y esquemas; cada vez con mayor frecuencia participan en tareas que antes se consideraban exclusivas para el personal masculino. Hoy las militares destacan en labores como artillería, vuelo de aviones de combate, paracaídismo, medicina e incluso están al frente de batallones en el campo de operaciones, a diferencia del pasado cuando sólo se les consideraba para trabajos de oficina y de enfermería.

En ello coincidieron elementos del personal femenino de las fuerzas armadas de México, Canadá y Estados Unidos, quienes agregaron que se ha avanzando en la construcción de la equidad de género en las milicias de las tres naciones, aunque aún faltan pasos relevantes por dar, como alcanzar una mayor presencia en los niveles de toma de decisión y mando.

Con el objetivo de establecer un espacio de intercambio y vinculación entre mujeres militares de los tres países, además de buscar visibilizar el tema entre estudiantes universitarios, el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (Cisan) de la UNAM y el Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa William J. Perry de Estados Unidos, realizaron hace unos días el seminario internacional El papel de las mujeres como actoras en las fuerzas armadas en América del Norte, en el que las militares compartieron sus experiencias y puntos de vista sobre su labor y la equidad dentro de los ejércitos.

Una de las primeras conclusiones fue que todavía hay un largo trecho por construir en cuanto a la equidad. La directora del Cisan, Silvia Núñez García, dijo en entrevista que las mujeres militares de las tres naciones de América del Norte aseguraron que la cifra ideal para tener mayor presencia en sus ejércitos sería de 25 por ciento del sector femenino y 75 masculino.

De acuerdo con las cifras aportadas durante el encuentro, en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicana hay 12 mil 488 mujeres con jerarquías de soldados, clases, oficiales y jefes generales, equivalente a 7 por ciento del total de efectivos; y en la Marina hay 8 mil 900 mujeres, 16 por ciento del personal.

Las fuerzas armadas estadunidenses cuentan con 214 mil mujeres en servicio (14 por ciento del total), pero sólo 25 con la jerarquía de general. En Canadá se habló de cerca de 20 por ciento de presencia femenina al interior de sus cuadros castrenses.

La directora del Cisan dijo que el caso canadiense es el más sobresaliente en la región en términos de igualdad de género en el seno de sus fuerzas armadas. “Esto –apuntó– es coincidente con el hecho de que Canadá es una de las naciones con mayores niveles de equidad, al ocupar el sitio 18 en el ranking mundial según datos del Índice de Desigualdad de Género del PNUD, mientras que Estados Unidos y México ocupan los lugares 42 y 72, respectivamente”.

Otra observación fue que ellas no piden ningún tipo de concesión o requisitos con exigencias menores para avanzar en la carrera de las armas por el hecho de ser mujeres.

Al hablar sobre la decisión que las lleva a sumarse a las fuerzas armadas, la académica planteó que las representantes de las tres naciones coincidieron en compartir varios valores, entre ellos que la carrera militar está orientada a servir a los demás, tener un amplio concepto de lo que es la patria y destacar la relevancia de trabajar en equipo.

Como parte del seminario también se habló de otros dos fenómenos de la presencia femenina dentro de las fuerzas armadas: la importancia de que ellas gocen de tiempo, sobre todo para estar con sus familias, lo que generó la creación de las licencias de paternidad para los hombres, y que muchas tienen de pareja a un militar.