La propuesta de una nueva política de salarios mínimos en la que trabaja un grupo de expertos en la materia, a petición del jefe de Gobierno del Distrito Federal, partirá de la premisa de mejorar paulatinamente las percepciones salariales de la población con menos capacidad económica, por lo que prevé plantear un incremento, en primera instancia, de 20 por ciento al minisalario, coincidieron los economistas Ricardo Becerra Laguna y Enrique Provencio Durazo, integrantes de dicho equipo.

Si bien, subrayaron, para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores se requiere que el salario mínimo al menos se duplique, enfatizaron que esto no se puede realizar de la noche a la mañana, pues se debe analizar con mucho cuidado los efectos y beneficios.

Provencio Durazo, presidente del Consejo Económico y Social del Distrito Federal, deja en claro que es indispensable mejorar los minisalrios, pues de lo contrario no habrá superación posible de la pobreza.

De su lado, Becerra Laguna, subsecretario de Desarrollo Económico y Sustentabilidad capitalino, destacó que en la ciudad de México 370 mil personas viven con el salario mínimo –ocho millones en todo el país—, principalmente albañiles, personal de intendencia y seguridad privada, sector al que se debe dar prioridad en el incremento de sus ingresos.

Explicó que el documento, en cuya elaboración también participan sociólogos y juristas, será la propuesta que llevará Mancera Espinosa a la Conferencia Nacional de Gobernadores para iniciar un debate nacional al que convocó el pasado 1 de mayo.

Entre los temas que se discuten, agregó, se encuentra la posibilidad de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal desvincule multas y sanciones de los salarios mínimos y de esta manera evitar que un aumento en los sueldos signifique un incremento en eso rubros.

Tras señalar que en esta administración puede haber condiciones para incrementar dos veces el minisalario, puso énfasis en que un aumento de 20 por ciento en el mismo no tendría mayores efectos inflacionarios, y por el contrario reactivaría la economía pues habría un mayor poder adquisitivo.

De su lado, Enrique Provencio señaló que además de la redacción de dicho documento se ha iniciado al interior del Consejo Económico y Social un debate sobre este tema con la participación de empresarios, sindicatos y académicos.

Resaltó la importancia de analizar el salario mínimo, que a nivel federal ha sido olvidado, cuando se trata de la reforma estructural pendiente más importante.

Agregó que es necesario que éste no se supedite exclusivamente a las variables financieras, de allí que consideró que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos es una institución obsoleta y se requiere avanzar hacía un órgano independiente El Estado recupere las funciones de arbitraje y tutelaje del interés público.

Ambos economistas coincidieron en que es necesario plasmar las conclusiones de este debate en la constitución de la ciudad de México, una vez aprobada la reforma política, en un capítulo de derechos económicos y sociales en el que se establezca el de tener un ingreso suficiente.