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Presentaron el libro En el espacio mágico del muralismo mexicano

Gratitud de García Bustos a sus mentores
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Arturo García Bustos en su casa/estudio, en CoyoacánFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 31 de mayo de 2014, p. 5

La presentación del libro Arturo García Bustos: en el espacio mágico del muralismo mexicano, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, terminó con tres propuestas: que autoridades de Oaxaca den al artista los muros de la escalera izquierda del Palacio de Gobierno para que concluya esa obra maestra, que se enseñe a los jóvenes a pintar al fresco, y relacionar el realismo mexicano con lo que hoy se conoce como arte relacional.

Las dos primeras son de Gregorio Luke, ex director del Museum of Latin American Art en California, y la tercera es del investigador e historiador Luis Rius, quienes acompañaron con sus discursos a García Bustos. Entre el público estaban la esposa e hija del pintor y grabador, Rina Lazo y Rina Bustos Lazo, y la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García Cepeda.

Julio Trujillo, responsable editorial de la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), habló del desafío que representó hacer un libro de gran formato como éste, con páginas desplegables, y en el que se respetan de la manera más fiel posible, los colores originales de los murales, y por el libro mismo, porque el maestro cuenta ya, los lectores cuentan ya, con una importante retrospectiva de su obra que hacía mucha falta.

Universos y vasos comunicantes

Al micrófono, Luis Rius habló de los murales y los textos incluidos en el libro, entre ellos los del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, el historiador Miguel León-Portilla y el titular del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa.

Ver y pensar estos murales es entrar a un universo vastísimo de conocimientos, o mejor aún, a múltiples universos unidos por vasos comunicantes, la pintura, el muralismo, el amor, la poesía, la música, el teatro, la danza, las culturas prehispánicas, las culturas indígenas vivas, el humanismo, la historia, la herbolaria, los mitos y cosmogonías de pueblos como el mixteco, zapoteco y suma y sigue, señaló Rius Caso.

Algo que descubro en este libro es la pertinencia de relacionar el realismo mexicano con lo que actualmente llamamos arte relacional o de la participación, que supone la entrada del artista; este arte que los jóvenes practican en muchos lados, ciudades, lugares de la República, y supone la relación del artista con las comunidades y grupos humanos con el propósito de conocerlos y entablar una retroalimentación efectiva con miras a un proceso de transformación social basado en el conocimiento de los otros y de uno mismo, quizá ya no con esas categorías ideológicas de hace unas décadas, pero sí con otros y nuevos valores ideológicos y con un deseo de compenetrarse en las comunidades, de jugar con ellas, de vivir con ellas, de ver qué dimensiones estéticas se conectan, el juego, el ritual, lo cotidiano, el ejercicio de la sensibilidad y nuevamente la belleza en muchas formas.

A pesar de las diferencias entre el realismo mexicano y el arte relacional las coincidencias entre ambas corrientes son asombrosas.

Arturo García Bustos (DF, 1926), habló entonces de su trabajo muralístico, del deseo de que esas obras salgan al paso del público. “A ellos va dirigida mi contribución pictórica y mi deseo de lograr una transformación social.

“Mi gusto por el arte –recordó– surgió desde muy niño en el ambiente familiar, pero también influyó en mí el momento que vivían México y el mundo, así como el pensamiento progresista de escritores y artistas revolucionarios agrupados en la Lear a los que me tocó tener como maestros y después como amigos; era la posrevolución, la apropiación de nuestros valores. La pintura mural mexicana descubre los valores y los proyecta en sus muros con un sentido nacionalista que contagia a las demás expresiones artísticas; ser testigo de las injusticias y movimientos sociales ocurridos en los momentos históricos que me han tocado vivir y haber tenido la fortuna de contar con grandes maestros en la escuela y la vida, como Diego Rivera y Frida Kahlo, ha sido determinante en mi profesión artística, a ellos y ustedes mi gratitud y reconocimiento”.

Gregorio Luke, quien es consejero del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, hizo un recuento biográfico y artístico de García Bustos y al hablar del mural de la escalera izquierda en el Palacio de Gobierno de Oaxaca, solicitó a las a las autoridades de ese estado que den al maestro, o más que al maestro, al pueblo de México, el muro que le falta para que pueda concluir esta obra maestra.

Asimismo, lamentó que ya no se enseñe pintar al fresco en el país. Hoy, con mucha tristeza tuve una conversación con un maestro de San Carlos que me dijo que había muerto el maestro de fresco y ya no se imparten clases de esa técnica en México. No hay clases de fresco, de muralismo, y sin embargo vemos una juventud deseosa de expresarse socialmente, que se juegan la vida pintando en las calles y en los periféricos y quieren instrucción, quieren rencontrarse con nuestra propia tradición. Ojalá que estas deficiencias se superen, ojalá que se vuelva a pintar al fresco en México.