La noticia de la baja del sacerdote Eduardo Córdova Bautista, acusado de abuso sexual, la dio a conocer Armando Martínez Gómez, presidente del Colegio de Abogados Católicos.

En entrevista con este diario, Martínez Gómez, a quien el arzobispado potosino encargó investigar las denuncias, precisó también que de manera inédita la arquidiócesis de San Luis Potosí, a la cual estaba adscrito el ahora ex sacerdote, denunció penalmente por abuso sexual a Córdova Bautista, y afirmó que con esas medidas la Iglesia católica demuestra con hechos que está dispuesta a no solapar a delincuentes y a terminar con la comisión de esos ilícitos en su interior.

El jueves pasado en la arquidiócesis lo denunciamos penalmente por abuso sexual, acá en San Luís Potosí, y esto es inédito, por lo menos aquí en México. Con esto la Iglesia católica muestra su disposición a cooperar.

El litigante detalló que Córdova Bautista, quien está prófugo, fue suspendido por el Vaticano desde el 23 de abril pasado. Detalló que tras la denuncia se integra un expediente canónico que se envía al Vaticano, el cual ordena una suspensión a cautela, posteriormente si hay confirmación de las acusaciones llega la sentencia definitiva, y en este caso lo que está en proceso que llegue es la resolución final desde Roma, pero el efecto ya está, o sea ya no va ser nunca más sacerdote. De cura ya no regresa, porque esa parte no tiene efecto retroactivo.

Foto Vicente Juárez

Aparte la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas manifestó su preocupación por las recientes denuncias de abuso sexual y pederastia que se presentaron en San Luis Potosí, y ofreció a las víctimas el acompañamiento legal y la asesoría jurídica necesarios.

El presidente de dicha comisión, Jaime Rochín, subrayó que la impunidad y el encubrimiento en este tipo de delitos resultan inaceptables, pues afectan a la población más vulnerable, por lo que exhortó a las autoridades a realizar una investigación puntual y efectiva sobre el tema.

El funcionario pidió al Vaticano revisar el informe reciente del Comité de Naciones Unidas de los Derechos del Niño, en el cual se plantea la necesidad de combatir la simulación y el ocultamiento, al tiempo que propone medidas de protección especial para quienes han padecido o padecen por los efectos de la pederastia.

Aunque sólo existe una denuncia, se estima que el ahora ex clérigo abusó durante tres décadas de cientos de niños y jóvenes de colegios religiosos y organizaciones católicas.