En un ambiente triunfalista, como si los pesares y dudas durante la etapa eliminatoria hubiesen sido un incidente que no hizo sino sazonar la clasificación a la Copa del Mundo, el presidente Enrique Peña Nieto pidió a la selección nacional de futbol, que encabeza Miguel Herrera, volver a México tras la final de la justa brasileña, el 13 de julio, con el trofeo de campeones.

La ceremonia de abanderamiento del Tri se realizó ayer en Palacio Nacional, donde hubo que sortear varios retenes y vallas metálicas para llegar al patio central. Ahí todo era luces, música suave y gigantescas banderas tricolores, donde decenas de invitados especiales –políticos, funcionarios con algún familiar y empleados de ese recinto– tuvieron un lugar de privilegio para presenciar el acto.

Tras entonarse el Himno Nacional empezó la andanada de discursos que intentaban ser emotivos y con tintes patrióticos. No faltó la transmisión del video que llama a confiar en el equipo de todos, con la autoexhortación: ¡Quiero creer!

El Piojo, habitualmente parlanchín y dicharachero, tuvo varias trabas porque estaba excesivamente nervioso, mientras el capitán tricolor, Rafael Márquez, también titubeó al momento de leer su discurso, y de plano se le quebró la voz cuando señaló que es un honor, un privilegio y un orgullo, portar la playera verde y disponerse a vivir su cuarto Mundial.

El jefe del Ejecutivo, quien anunció que usará la corbata verde –obsequio del Tri– hasta el día de la gran final, habló en creciente tono de exigencia: “Llegar a Brasil no fue un camino fácil, pero ahora que ya están ahí y es momento de escribir una nueva historia de lucha, pasión y triunfo. Representan a una nueva generación de jugadores que compiten con una mentalidad ganadora.

El presidente de la República y todos los mexicanos confiamos en ustedes para que el próximo 13 de julio, que será el partido de la final de esta justa, traigan ese trofeo a nuestro país.

Recalcó que así como la canarina se coronó en el Mundial México 1970, ahora al Tri le corresponde hacer lo propio en tierras brasileñas.

Pidió a los seleccionados hacer del juego de conjunto su mejor fortaleza: “Ninguno es tan bueno como todos juntos. Ganen como triunfadores que son, como están acostumbrados a hacerlo frente a los mejores del mundo.

Al pisar la cancha y entonar nuestro Himno recuerden que detrás de ustedes está toda una nación que los seguirá y los acompañará en cada momento(...). Ante Camerún, desde el primer minuto, salgan a ganar, a poner en alto el nombre de México.

Justino Compeán, titular de la Federación Mexicana de Futbol, celebró que miles de mexicanos viajarán a Brasil “para que en los estadios se escuche el Cielito Lindo”.

Herrera, en tanto, aseguró que este equipo nos une como nación y prometió dar su mejor esfuerzo hasta dejar el alma en cada una de mis decisiones y, aunque primero indicó que quieren llegar mínimo a los cuartos de final, agregó: Todos pensamos en traer la Copa a México. Dijo que tiene 23 futbolistas que juegan en muy alto nivel y en sus mentes ya no existen los miedos.

El capitán Márquez afirmó que no puede haber un Mundial sin la presencia de México. Emocionado por las distinción de portar el gafete y ser el abanderado, señaló que se conducirá con todo profesionalismo y responsabilidad.

Aseguró que junto con sus 22 compañeros se ha propuesto “romper barreras… Hemos soñado con levantar la Copa del Mundo, con dar esa inmensa alegría a nuestra gente, a millones de niños que han depositado en nosotros su confianza y fe”.

En el acto también se llevó a cabo la cancelación del timbre postal conmemorativo de la selección nacional.

México se enfrenta hoy a Israel en partido amistoso, en su despedida del estadio Azteca antes de partir para participar en el Mundial de Brasil.