Gualberto Burgos, director de la escuela secundaria federal número 3, con sede en Mérida, Yucatán, informó que al menos 18 de sus alumnos operan como agentes en el programa Servicio Secreto Escolar, que él creó y tiene como objetivo principal detectar casos de bullying.

En entrevista, Burgos señaló que el proyecto consiste en que en forma discreta y sin revelar a sus compañeros sus funciones, los alumnos rinden cuentas a las autoridades del plantel, a la trabajadora social y a la sicóloga, con quienes ejecutan un programa en prevención de los factores de riesgo de acoso en el colegio.

Los agentes asimismo tienen el encargo de avisar a las autoridades educativas sobre pleitos de bandas y compraventa de drogas.

Burgos recordó que el programa ya se aplicó en la secundaria federal 6 de Mérida y en otros planteles de nivel medio básico en los municipios de Tekax, Halachó y Maxcanú, en el sur de Yucatán. El reclutamiento de los jóvenes es siempre de forma voluntaria, y contamos con el respaldo de los padres de familia, destacó.

En tanto, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de San Luis Potosí, Jorge Vega, informó que de las 75 quejas que el organismo ha recibido este año contra autoridades escolares, 36 fueron por bullying.

Vega Arroyo dijo que “el acoso escolar es un ‘monstruo’ que podemos derrotar con las diversas herramientas que se darán a los escolares mediante el programa Mi escuela, promoviendo la paz, que se aplica actualmente en 16 planteles escolares de la entidad potosina”. Añadió que la CEDH ha emitido cuatro recomendaciones por bullying entre 2013 y 2014.

Entre otros casos de bullying documentados por la CEDH, Vega Arroyo destacó en entrevista uno que involucró a alumnas del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado, plantel 3, ubicado en la colonia Nuevo Progreso de la capital potosina, en el que se denunciaron violaciones a los derechos humanos de las estudiantes, atribuibles funcionarios entonces encargados de ese centro escolar.

A su vez, Silvia Castro Saucedo, coordinadora de sicología del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Nuevo Laredo, Tamaulipas, aseguró que son muy pocos los casos que hemos atendido, debido a que el menor acosado opta por guardar silencio, y los padres, maestros y compañeros desconocen cómo actuar ante el acoso escolar.