Jerusalén, 26 de mayo.

El papa Francisco hizo hoy un llamado a la reconciliación y el respeto mutuo dirigido a los habitantes de Medio Oriente, al término de un viaje de casi tres días a la conflictiva región.

La construcción de la paz requiere ante todo respeto a la libertad y la dignidad de cada ser humano, que, según creen de igual manera judíos, cristianos y musulmanes, fue creado por Dios y está destinado a la vida eterna, dijo el pontífice en una reunión con el presidente israelí, Shimon Peres.

Peres, de 90 años y quien pronto finalizará su mandato, aprovechó para aceptar la invitación que Jorge Mario Bergoglio le hizo el domingo para participar en una oración conjunta por la paz con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, en el Vaticano. Según el Osservatore Romano, el encuentro se llevará a cabo el 6 de junio.

Francisco comenzó el día con una visita a la Explanada de las Mezquitas, donde se entrevistó con el gran mufti de Jerusalén, Mohammad Hussein, figura polémica porque hace unos años justificó la violencia en la lucha contra los judíos. Por ello, el gesto del Papa no sentó bien en Israel.

El gran mufti es elegido por el presidente palestino y es el responsable de todos los lugares santos del islam en Jerusalén, incluida la Mezquita de Al Aqsa, construida sobre el Monte del Templo, también sagrado para los judíos.

En el encuentro el Papa argentino llamó una vez más a la paz. Respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas. Aprendamos a comprender el dolor del otro. ¡Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia! ¡Trabajemos juntos por la justicia y por la paz! También defendió indirectamente su decisión de reunirse con el gran mufti: mi peregrinación no sería completa si no incluyera el encuentro con las personas y comunidades que viven en esta tierra, y por eso, me alegro de poder estar con ustedes, fieles musulmanes, hermanos queridos.

Luego se trasladó al Muro de las Lamentaciones, lo único que queda en pie del segundo templo y el lugar más sagrado para los judíos, y, como es tradición, introdujo un papel entre sus grietas. Francisco escribió en él un Padre Nuestro en español. A su lado estaban un rabino y un clérigo musulmán procedentes de Argentina, a los que pidió que lo acompañaran en su viaje.

Momento de oración del papa Francisco en el Muro de las Lamentaciones. También visitó el Memorial Yad Vashem que honra a las víctimas del HolocaustoFoto Ap

A continuación se dirigió a la tumba de Theodor Herzl, en la que colocó una corona de flores. Herzl fue el fundador del sionismo moderno y por tanto símbolo del retorno de los judíos a Israel.

El líder de los católicos acudió también al Memorial Yad Vashem sobre el Holocausto, donde afirmó que el asesinato de seis millones de judíos en la Alemania nazi es una muestra de la inhumanidad de la que es capaz el hombre. Nunca más, Dios, nunca más, pidió el Papa argentino.

También hizo una parada no prevista ante el monumento a las víctimas de atentados suicidas, al parecer a pedido del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo un portavoz del gobierno. Rezo por todas estas víctimas del terrorismo y por todas las víctimas del terrorismo en el mundo, afirmó Bergoglio mientras apoyaba la mano en el rectángulo de piedra que recuerda a los muertos.

Francisco y Netanyahu intercambiaron algunas palabras sobre la lengua hablada por Jesús hace dos mil años.

Jesús estuvo aquí, en esta tierra. Hablaba hebreo, dijo el gobernante israelí al Papa, durante una reunión pública en Jerusalén en la que Netanyahu habló de una fuerte conexión entre el judaísmo y el cristianismo, arameo, interpuso el Papa.

Él hablaba arameo, pero sabía hebreo, respondió el premier Netanyahu.

Luego acudió al gran rabinato de Israel, donde hizo una visita de cortesía a los dos grandes rabinos: el askenazi, David Lau, y el sefardita, Yitzhak Yosef. En su discurso el Papa recordó el acercamiento que ha habido en las últimas décadas entre ambas confesiones, que calificó de un auténtico don de Dios.

Antes de abordar el avión con destino a Roma, el Papa celebró una misa en el cenáculo, la habitación donde según la tradición católica tuvo lugar la última cena de Jesucristo.

Cerca, una persona no identificada prendió fuego a un libro de oraciones en un aparente ataque en una iglesia de Jerusalén, sin que se reportaran daños, informó la policía israelí.