En las calles hay mucha irritación, por no decir encabronamiento, asegura
El país no pudo generar una fuerza opositora suficiente para ganar elecciones y cambiar el rumbo
Lunes 26 de mayo de 2014, p. 7
El panorama de México, con inminente recesión, caída en el poder adquisitivo, incremento de la violencia y pérdida de soberanía, configura un estado de decadencia, que no se resolverá con las reformas planteadas por el Ejecutivo y el respaldo acrítico de la oposición, explicó Porfirio Muñoz Ledo.
La tragedia del país es que se tuvo la espléndida oportunidad de una transición democrática exitosa, de reconstruir sus instituciones y de cambiar el rumbo económico y social del país. No se hizo
, dijo en entrevista con La Jornada.
Para el ex secretario del Trabajo y ex embajador de México en Naciones Unidas, la sociedad sufre las consecuencias de un periodo particularmente fallido de la historia de México.
¿Qué gran problema atacamos en serio? Sólo se usufructúa el poder, todo se vende a los particulares. Hoy no tenemos un Estado ni una sociedad fuerte, tampoco un ejercicio de nuestras decisiones soberanas
, señaló.
–¿En qué ruta va el país?
–Si se ve para cualquier lado, el panorama es de desastre. La economía va en caída porque no salen del circuito neoliberal, y las reformas siguen ese curso.
“Se anunció que la reforma laboral generaría más empleos y productividad, que daría mayor movilidad al mercado de trabajo y reduciría la informalidad. Todos los datos son en contrario.
La reforma fiscal fue un popurrí. Estamos metidos en la parte final del ciclo neoliberal
.
–Aun así, no está rota la relación con el sistema neoliberal.
–Al contrario. ¿Por qué? Por la alianza PRI-PAN. No hay diferencia entre uno y otro. El blanquiazul puede colocarse un poco más a la derecha y también el tricolor. El PRIAN existe desde 1988, y esa es la enorme paradoja de la historia contemporánea de México
“¿Para qué ha servido la alternancia en el poder, si la política es la misma? ¿O ha cambiado?
Ha habido alternancia de personas, de siglas, de partidos, pero no de política, y cuando se escriba lo que ocurrió en México, se verá que el país no pudo generar una fuerza opositora suficiente para ganar las elecciones y cambiar el rumbo del país.
–¿El Congreso no logró la ruptura del sistema unipartidista?
–¡No! El PAN decidió apoyar al gobierno de (Carlos) Salinas, con todo que el propio (Manuel) Clouthier dijo que le habían robado su programa.
“Antes de las elecciones de 1988 hubo cierta confluencia entre la corriente democrática y el PAN, pero luego el blanquiazul se aflojó: le preocupaba más el triunfo económico por su abierto pacto con Salinas.
“Si hacen un análisis de todas las votaciones en la Cámara que tienen un propósito económico, todas las ha votado el PAN con el PRI.
“Tuvimos un año de gracia, 1997: propusimos un presupuesto alterno, frenamos en lo posible lo que ahora llaman los moches, pero al año siguiente todo se echó abajo".
–¿Qué originó ese retroceso?
–El Fobaproa. Habíamos tenido conversaciones con el sector más racional del PAN para presentar un proyecto distinto, que consistía en no reconocer el quebranto como deuda pública.
“Acción Nacional estaba de acuerdo en la democratización de la Cámara y del país, pero no en materia económica, porque están con el gobierno y así nos lo dijeron. Esa es una agravante de la transición fallida.
Hoy tenemos un Estado reducido, con muy poca movilidad, incapaz de sustentar una política soberana y de ejercer jurisdicción sobre el territorio nacional. No se hizo una reforma cabal del Estado, libre de la transa, y no se puede distinguir entre la oposición y el gobierno. ¿Dónde está uno y otro?
–¿Ese es el interés del régimen priísta?
–Está tratando de reconstruir el poder presidencial, pero no tiene las condiciones, porque ello no significa convencer a las elites que aprueban las leyes con ellos, sino reorganizar el país.
“Además, no es cierto que la economía esté funcionando. Todo indica recesión. Y el argumento del gobierno es que la economía se levantará en el segundo semestre. ¡Sí, claro, cuando llegue Santaclós! La decadencia puede llegar a un debilitamiento inmenso del Estado.
–¿Dónde están los síntomas de esa decadencia?
–Primero, una disminución de la soberanía nacional. Luego, el agotamiento del modelo económico neoliberal, que tiene a la gente con hambre. En la calle hay mucha irritación, por no decir encabronamiento. La gente dice todo está de la fregada, el salario no alcanza
. Y es cierto, el salario está varado, lo cual es una mentada de madre.
“Tercero, como la combinación de los dos anteriores: el predominio del desorden sobre el orden. La frontera entre el delito y la normalidad se ha vuelto absolutamente delgada. Y ese es un punto capital, de gangrena.
Y la economía. No es posible que no puedan invertir selectivamente las reservas para darle un empujón a la economía
, concluyó.