San Petersburgo, 24 de mayo.

El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró hoy que no pretende que haya una nueva guerra fría debido a la crisis en Ucrania, y negó que quiera restablecer el pasado imperial de la Unión Soviética tras anexar la península de Crimea a territorio ruso, aunque dijo que es imposible aislar a Rusia del conflicto ucranio.

Putin, durante una charla con medios internacionales en San Petersburgo, sostuvo: “No quiero pensar que es el inicio de una nueva guerra fría. Nadie está interesado en ello, no creo que eso se produzca”.

Enfatizó que es absolutamente falso que busque restablecer el pasado imperial de la Unión Soviética. Nos intentan colgar esa etiqueta, según la cual queremos restaurar el imperio, la Unión Soviética. Señaló que aislar a un país como Rusia es una cuestión de carácter efímero. Es imposible, enfatizó.

Si los países occidentales imponen sanciones económicas fuertes, ello sería negativo para todos. Pueden llevar a las economías europeas, rusa y mundial a tales turbulencias que no es del interés de nadie. En situaciones en que la economía global vive momentos relativamente difíciles, ¿quién necesita esto?, preguntó.

Posición justa

Sobre el fondo de la crisis entre Rusia y Ucrania, que estalló con la anexión rusa de la península de Crimea en marzo, Putin declaró: Nuestra posición es justa y la gente en Europa lo ve. Hagan un sondeo en Europa. Tengo motivos para pensar que nuestra posición tendrá muchos partidarios, recalcó.

Al ser interrogado sobre si Rusia admitirá el resultado de las elecciones presidenciales de este domingo en el país vecino, Putin repitió que consideraría con respeto los comicios.

El mandatario ruso aseveró que las declaraciones atribuidas al príncipe Carlos, en las que lo comparó con Adolfo Hitler, son inaceptables e indignas de su cargo.

Por otro lado, el gobierno interino de Ucrania prometió llevar a cabo una elección presidencial limpia este domingo.

Funcionarios electorales comentaron que muchos distritos no participarán en los comicios, y que en el este del país se instalaron centros de votación, aunque se teme que la violencia evite que muchas personas vayan a sufragar.

Ello podría afectar la alta participación nacional que espera el gobierno, para entregar el mensaje de que se buscan vínculos más cercanos con la Unión Europea y forzar a Moscú a entenderse con un liderazgo en Kiev que tomó el poder hace tres meses, cuando el presidente pro ruso Viktor Yanukovich fue destituido y escapó a Rusia.

Sondeos muestran una victoria casi segura en la primera vuelta del magnate de la industria de las golosinas Petro Poroshenko, ex ministro de gobierno que respaldó las protestas pro Occidente de Maidan que llevaron a la salida de Yanukovich en febrero.

Los líderes separatistas de las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, suscribieron la víspera de las elecciones un acuerdo para crear una entidad denominada Nueva Rusia, de más de 6.5 millones de habitantes, informaron medios ucranios.

Mientras tanto, Vladimir Griniak, vocero del Ministerio del Interior en Kiev, informó que la mitad de las comisiones electorales en Donetsk y Lugansk no pueden funcionar, debido a la situación inestable en las dos regiones.

A todo esto, separatistas pro rusos tomaron el control de un hospital en su bastión de Donetsk e hicieron prisioneros a los combatientes leales a Kiev heridos en los enfrentamientos del viernes que dejaron varios muertos.