Sao Paulo, 24 de mayo.

Apenas unas 200 personas se congregaron en este frío y lluvioso sábado en el centro de esta urbe, la más grande de Brasil, para protestar contra el Mundial.

En su mayoría jóvenes, los manifestantes se congregaron por la tarde en la Praça da Sé, en pleno centro de esta ciudad. En las escaleras de la catedral metropolitana ondeaban banderas contra la justa que empieza el 12 de junio.

Hay huelgas y protestas y queremos que siga así. La Copa ya no será la fiesta que ellos, el gobierno y los empresarios, querían, dijo Bruno Coturri, estudiante de 24 años que participaba en la manifestación.

Los inconformes protestan contra la corrupción, la falta de servicios públicos de calidad y los gastos del Estado en la organización del Mundial, estimados en unos 11 mil millones de dólares.

Una ola de protestas y huelgas está agitando Brasil. En las recientes semanas ha habido movilizaciones de policías, profesores y conductores de autobuses, entre otras.

Por otra parte, la Secretaría Extraordinaria de Seguridad para Grandes Eventos de Brasil informó sobre la coordinación con autoridades de Argentina para trabajar en conjunto. Esta semana, el gobierno de este país entregó a la Policía Federal brasileña y a la oficina de Interpol en Brasil un listado con unos 2 mil 100 nombres de personas investigadas o condenadas por agresiones físicas dentro o cerca de estadios durante partidos.

Brasil invitó a los otros 31 países que participan de la Copa para enviar hasta siete agentes propios, que podrán vestir sus uniformes característicos pero no estarán armados, para auxiliar a los brasileños en el mecanismo de seguridad.