Las reciben personas que fueron afectadas por alguna enfermedad o accidente
La demanda puede ser más del doble
, reconoce la directora médica de la institución
Viernes 23 de mayo de 2014, p. 42
Cada año, en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) se elaboran alrededor de 500 prótesis para personas que por enfermedad o accidente perdieron alguna extremidad. Griselda del Valle, directora médica, reconoció que la demanda de aparatos puede ser de más del doble
.
Esta es una necesidad no atendida para todos los pacientes como se quisiera, lo que resulta complicado en una sociedad donde no hay todavía una cultura de aceptación de las personas con discapacidad, dijo.
Advirtió que esta situación debería cambiar y las personas comprender que quienes viven con alguna discapacidad tienen derecho a hacer sus vidas y cumplir expectativas. Es el caso de un músico de 40 años de edad que desde 2001 sufre de parálisis de la mitad de su cuerpo hacia abajo.
A causa de varias llagas y una infección grave que obligaron a la amputación de su pierna izquierda, este hombre requirió y obtuvo una artificial. No utilizará el aparato para caminar, sino para poder continuar con sus presentaciones musicales de la manera más normal que sea posible, aunque de por sí se moviliza en una silla de ruedas.
En conferencia de prensa, Jimena Quinzoñes, jefa de la División de Rehabilitación Neurológica del INR, explicó el trabajo que realizó el personal médico y técnico en el tratamiento del músico, cuyo nombre no se dio a conocer. Comentó que luego de la decisión de amputar la pierna izquierda porque la infección no cedía y él ya presentaba una desnutrición grave, se le tuvo que diseñar una prótesis especial.
La especialista resaltó que no se había realizado un trabajo de este tipo antes. Y es que las prótesis están diseñadas para que los pacientes vuelvan a caminar, pero en este caso se requería que el aparato no provocara la formación de nuevas llagas.
Quinzoñes explicó que los técnicos del INR tomaron una prótesis de brazo y la adaptaron para colocarla al paciente como una pierna. También hubo necesidad de cambiarle la silla de ruedas y adaptar un asiento que evite la presión sobre el cuerpo del paciente.
En las personas que sufren lesiones medulares, una de las complicaciones más frecuentes es la formación de llagas debido a que por la falta de sensibilidad no se percatan del desarrollo de la lesión.
La especialista señaló que para llevar a cabo el tratamiento se realizaron varias sesiones con médicos de diversas especialidades e incluso un nutriólogo y un sicólogo.
La doctora Del Valle mencionó que durante 2013 el INR atendió 230 casos de personas con lesión medular en el servicio de rehabilitación.