Montan muestra itinerante con 55 óleos del coleccionista mexicano
Después de hacer escala en la capital italiana, los cuadros serán llevados al Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid, y luego a la capital británica
Miércoles 21 de mayo de 2014, p. 3
Roma, 20 de mayo.
A unos metros de Plaza Navona, en el Claustro del Bramante, se puede visitar la exposición itinerante Alma-Tadema y los pintores ingleses del siglo XIX de la colección Pérez Simón.
La muestra, que incluye 55 obras y terminará el 5 de junio en ese recinto de la capital italiana, se centra en el punto fuerte de la colección: el siglo XIX, en particular en un movimiento artístico en pleno auge de reivindicación crítica.
Supera así el corte genérico que había caracterizado las citas anteriores, legible en los títulos: De Corot a Kandinsky, De Cranach a Monet, De la Academia al impresionismo, De El Greco a Dalí.
La colección reúne mil 500 obras de arte europeo de los siglos XV al XXI: pintura, escultura, dibujo, artes decorativas y manuscritos, además de una biblioteca especializada con 50 mil volúmenes.
Las salas están ordenadas de manera temática y a cada una corresponde un color (pastel), un tipo de flor, un olor y un poema de escritores de la época que recuerda el enlace entre arte y poesía. En la entrada hay pétalos de rosa aplicados a la pared y audioguías.
La pintura inglesa victoriana comprende la segunda mitad del siglo XIX y el primer decenio del XX; fue una era artística que cayó en el olvido tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, a pesar del gran éxito y del empuje recibido por los empresarios de ciudades industriales en auge como Liverpool y Birmingham.
La curadora Véronique Gerard-Powell señala cómo pocos periodos de la historia del arte se han subyugado a la imposición del gusto como éste
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Juan Antonio Pérez Simón (1941), socio de Carlos Slim, es un coleccionista mexicano de origen español que ha formado uno de los acervos privados más importantes de América Latina, ganando elogios de personajes como Henri Loyrette y Miguel Zugaza, directores de los museos del Louvre y del Prado respectivamente, como aparece en el video La vivencia del arte, dedicado a la colección y descargable en Internet.
Desde 2002, Pérez Simón organiza exposiciones itinerantes en museos de Estados Unidos, Europa, Canadá y China, aunque paradójicamente ninguna en México, cuya actividad se ha limitado a préstamo de obra.
Alma-Tadema et al
La historia de la pintura El hallazgo de Moisés, 1904, de Alma-Tadema, es muy peculiar: un comprador la adquirió para rescatar el marco, deshaciéndose de la pintura que por casualidad fue encontrada. A partir de los años 70 del siglo pasado el valor de mercado se incrementó hasta llegar a la subasta de Sotheby’s en noviembre de 2010, cuando se vendió en 36 millones de dólares, la cifra más alta pagada por una pintura del siglo XIX europeo.
El Aesthetic Movement, o decadentismo, estuvo formado por un amplio número de artistas, de entre los cuales aquí se muestran casi una veintena de obras de Alma-Tadema a Frederic Leighton, Edward Burne-Jones, John William Godward, Arthur Hughes y Albert Moore.
Su arte se basa en la búsqueda de un estética pura un tanto elitista, que mezcla idealización y realismo, inspirada en la literatura de evocación grecorromana, medieval o de tema shakespeareano para alcanzar la belleza absoluta; una oposición al modelo capitalista y puritano de la época victoriana, al cual consideraban responsable de la decadencia y vulgarización del arte y del buen gusto.
La muestra sabe a primicia, a descubrimiento, acentuado por la clorofila de los tallos, por la suavidad de los pétalos de las flores, motivo omnipresente en estos lienzos, como lo es también la luz y, sobre todo, la mujer en su hermosura sublimada, angelical, delicada y fina; de otra época. Una mujer que asemeja a un diosa romana, en palacios de mármol, envuelta en holgadas túnicas de algodón o de lino de Flandes, por donde se insinúa el cuerpo alabastrino, de pechos firmes y carnes sensuales, capturada en actitud melancólica, pensativa o en espera.
Es una pintura de perfección académica, de dibujo preciso, que despierta los sentidos, sobre todo el tacto: se percibe la trama de las telas, la suavidad de los tapetes y la comodidad de los cojines.
Los pequeños detalles del ambiente como ropaje, mobiliario, adornos y tapetes son tratados con minucia artesanal, lo que recuerda la herencia prerrafaelita, de cuyos protagonistas como Dante Gabriel Rossetti y John Everett Millais, se muestra obra posterior a la disolución de la congregación en los años 60 del siglo XIX.
Lawrence Alma-Tadema (1836-1912), pintor de origen holandés célebre en su tiempo incluso en Estados Unidos, es el mejor representado con 13 óleos de entre 55 cuadros. Su obra se define también como neopompeyana por la presencia de temas clásicos que el artista estudió y fotografió con rigor arqueológico en sus viajes por Italia, sobre todo a Pompeya, tanto, que fueron utilizados para recrear las escenas de filmes como Ben-Hur, Quo vadis? y Los diez mandamientos.
Las rosas de Heliogábalo es una de las obras más importantes de la colección Pérez Simón, ícono del arte victoriano, al cual está reservado no sólo la portada del catálogo sino la última sala puesta en penumbra, con aroma a rosas.
En México una muestra pionera fue La era victoriana: un siglo de pintura británica de 1997, en el Museo Nacional de San Carlos, donde el catálogo incluyó ese cuadro.
Por coincidencia en esta primavera en Italia es posible sumergirse a plenitud en el siglo XIX inglés enriqueciendo la muestra con préstamos de colecciones públicas: desde el arte romántico inglés de finales del siglo XVIII en el Palazzo Sciarra de Roma hasta los prerrafaelitas de la Tate Modern presente en Turín.
La itinerancia de la exposición iniciada en el Museo Jacquemart-André, de París, en septiembre pasado continuará en el Thyssen-Bornemisza, en Madrid, el 25 de junio y finalizará en el Leighton House Museum, de Londres, que la inaugurará el 7 de noviembre.