Pese al esfuerzo de organizaciones defensoras de los derechos de la diversidad sexual por erradicar la violencia contra este sector, ésta sigue latente en el país.

Hace unos meses, recuerda Saúl, caminaba con sus amigos en las inmediaciones del metro Cuatro Caminos cuando se les acercaron policías con el pretexto de hacerles una revisión de rutina.

“Íbamos abrazados, pero los polis pensaron que estábamos borrachos. Vieron que somos homosexuales y la situación empeoró. Se pusieron agresivos, revisaron nuestras pertenencias, nos golpearon y nos subieron a una patrulla.”

Comenta que luego de varias horas de pasearlos en una patrulla, a él lo fueron a tirar en la madrugada por la zona industrial de Naucalpan. Denunció en el Ministerio Público estatal y metió una queja en la comisión de derechos humanos de la entidad, pero no le hicieron caso.

En abril, La Jornada publicó el caso de Héctor Jonathan Franco Martínez, a quien el pasado 23 de diciembre le sacaron los ojos en un separo policiaco de Puerto Vallarta, Jalisco, por ser homosexual.

Aquel día fue detenido por agentes y trasladado a las celdas municipales, donde José Francisco Aguilar Hernández le extirpó los ojos con un arma punzocortante. Pese a los gritos, los uniformados no intervinieron.

En el contexto del Día Nacional de Lucha contra la Homofobia, que decretó el gobierno federal, se informó que de 2004 a 2012, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) recibió más de 4 mil quejas por homofobia.

De acuerdo con el titular del organismo, Ricardo Bucio, 95 por ciento de las denuncias están relacionadas con conductas inadecuadas cometidas por particulares, y el resto fueron dirigidas contra servidores públicos.

“La mayoría son por negación de servicios en los establecimientos mercantiles, despido en el empleo e incluso por exclusión educativa o bullying homofóbico”, señaló.

El informe Relación de crímenes por homofobia, realizado de 1995 a diciembre de 2013 por la organización Letra S –que desde hace 17 años publica mensualmente en La Jornada un suplemento con temas relacionados a la diversidad sexual– indica que en ese periodo se registraron 887 asesinatos por esa causa.

Sin embargo, los homicidios contra lesbianas están subreportados, debido a que los medios de comunicación no las identifican como tales, por lo que pueden pasar como feminicidios. Aunque es un hecho, señala el documento, que los crímenes motivados por el perjuicio homofóbico afectan más a hombres y a personas trans.

El estudió muestra que 168 de esos asesinatos ocurrieron en el Distrito Federal, donde se reportó la mayor cifra de crímenes de odio por homofobia del país. Le siguen los estados de México (92), Nuevo León (67), Michoacán (58), Jalisco (56), Yucatán (52) y Veracruz (45).

Asimismo, 700 fueron cometidos contra hombres, 181 contra travestis, transgénero y transexuales, y seis contra mujeres.

El rango de edad más frecuente de las víctimas va de los 18 a los 39 años. El domicilio y la vía pública (572 casos) fueron los lugares más frecuentes donde se hallaron los cuerpos de las víctimas, lo que refleja la vulnerabilidad de esta población tanto en el ámbito de lo privado como en el público.

Además, señala que 61 ocurrieron en hoteles o moteles, 55 en baldíos, 50 en el campo, 40 en el lugar de trabajo y 20 en sitios de los cuales no se tiene registro.

Para David Ledesma, de la organización Asistencia Legal por los Derechos Humanos, desde la educación impartida por el Estado mexicano no se está haciendo nada para promover los derechos de las mujeres ni de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual, por lo que la discriminación contra este sector del país sigue inmersa en la sociedad.