Culiacán, Sin., 15 de mayo.

Un grupo de ciudadanos de Sinaloa –muchos de ellos familiares o amigos de personas desaparecidas en Guasave y Ahome– buscan desde abril de 2011 víctimas de violencia enterradas en fosas clandestinas. A la fecha han recuperado 30 cadáveres en nueve tumbas.

Se organizan, forman brigadas e investigan al margen de la autoridad, porque saben que no cuentan con ella o que puede estar del lado de aquellos que se llevaron y, tal vez, mataron a los suyos.

Este jueves encontraron un cuerpo en el norte de la entidad, a unos 200 kilómetros de Culiacán.

Unos 15 sinaloenses, entre ellos campesinos, jornaleros y albañiles, sin apoyo de las policías municipal y ministerial, mucho menos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), se han convertido en sabuesos.

En corto, revelan que al menos dos grupos buscan a parientes y amigos secuestrados o detenidos ilegalmente por los uniformados.

Testigos y parientes de las víctimas señalan de manera recurrente a policías municipales y estatales como responsables de estas desapariciones.

Son cientos, quizá miles, las personas desaparecidas de 2012 a la fecha a manos de las corporaciones policiacas, pero sobre todo de Jesús Carrasco Ruiz, ex secretario de seguridad pública en Ahome y actualmente uno de los jefes de la ministerial, acusa uno de los rastreadores.

Son ellos (mandos policiacos). Los familiares lo dicen porque con ellos han sido vistos antes de ser desaparecidos, con el pretexto de que son investigados, agrega.

Los voluntarios solicitan el anonimato, porque de lo contrario nos matan. Le temen a las corporaciones policiacas, a cuyos agentes consideran sicarios al servicio del cártel de Sinaloa o de los Beltrán Leyva.

En abril pasado, en la ribera de los ríos El Fuerte y Sinaloa, que cruzan los municipios de Ahome y Guasave, en la comunidad de San José de Ahome, hallaron en cinco fosas igual número de cadáveres de personas asesinadas, cuatro hombres y una mujer.

Según versiones extraoficiales, dos de los varones murieron ahorcados, uno fue torturado, y el otro tiene varias lesiones de bala.

En abril de 2011 desenterraron 13 cadáveres en Bachomobampo; en noviembre de 2013, tres en San José de Ahome, y en abril de ese año tres en la comunidad Benito Juárez.

En las comunidades de Rosendo G. Castro, Tosalibampo y Concheros, municipio de Ahome, descubrieron cinco cuerpos en cuatro fosas.

Desconfiados, pero sin opciones, avisaron a la policía y al Ministerio Público para que sacara los cadáveres e hicieran el trabajo pericial; nada se sabe hasta ahora sobre la identidad de las víctimas.

Ahorita se lo traigo

Antes de desaparecer, Saúl Enrique Higuera Cota advirtió que si algo le pasaba el responsable era Carrasco. Ese cabrón me extorsiona con 50 mil pesos, recuerdan sus familiares.

Una noche, el jefe policiaco y sus agentes fueron a la casa de Higuera, en San José de Ahome. Le gritaron y Saúl salió.

Estuvieron hablando y cuando parecía que iban a despedirse, la familia salió a ver qué pasaba. Fue entonces cuando escucharon que Carrasco les gritó ¡ahorita se los traigo! y se lo llevó.

Nueve meses después, ese ahorita no ha llegado. Algunos de los parientes del desaparecido se sumaron al grupo de gambusinos que buscan saber qué fue de sus seres queridos.

Martín López Félix es uno de los pocos abogados críticos de las políticas anticrimen que se aplican en Sinaloa. Dijo que en la zona norte, en especial en Ahome, hay un vacío de autoridad que aprovechan cuerpos especiales de policía y criminales para actuar con impunidad.

Los hallazgos de dos, tres, cuatro, cinco o 14 cuerpos en fosas clandestinas jamás son investigados. Todo se queda en el horror social, manifestó.

De acuerdo con cifras del Sistema de Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas de la Secretaría de Gobernación, en Sinaloa hay mil 300 personas ausentes.

En la presente administración estatal, a cargo de Mario López Valdez, han sido asesinados alrededor de 5 mil individuos, de acuerdo con datos de organizaciones no gubernamentales.