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El historiador y crítico de arte Manuel García es el autor de Memorias de posguerra

Dan a conocer libro de entrevistas con 35 personajes del exilio español

Todos nos lanzamos de cabeza dentro del corazón republicano, porque era noble, cálido y generoso, y hasta tenía sentido del humor, indica Elena Poniatowska, colaboradora de La Jornada

 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de mayo de 2014, p. 8

El libro Memorias de posguerra: diálogos con la cultura del exilio (1939-1975), del historiador y crítico de arte Manuel García, reúne 35 entrevistas con diversos exiliados españoles en México, perseguidos durante la Guerra Civil.

Es un volumen que conmueve hasta la médula, pues muchos de ellos son muy entrañables para mí, comentó la escritora y periodista Elena Poniatowska, en la presentación del libro en el Ateneo Español de México, la noche del lunes, en lo que fue su primera aparición pública luego de recibir el Premio Cervantes de Literatura.

Evocación a Encarnita Fullola

Elena Poniatowska, colaboradora de La Jornada entretejió anécdotas y recordó a Max Aub, Federico Álvarez, los hermanos Mayo, Adolfo Sánchez Vázquez, Concha Méndez, Manuela Ballester, Paloma Altolaguirre, Luis Alcoriza, Luis Buñuel, Juan Rejano, León Felipe, Joaquín Díez-Canedo, Rafael Segovia, Augusto Benedico y Juan Gil Albert, entre otros.

De Gil Albert, Poniatowska llamó la atención sobre las respuestas a la entrevista realizada por García, en las que destaca, entre otras cuestiones, su labor como secretario de redacción de la revista Taller, publicación que Octavio Paz consideró esencial dentro de la literatura hispana. También se subraya la estrecha amistad que el entrevistado sostuvo con Elena Garro y su hija Helena Paz Garro.

“Así como la película Subir al cielo, el gran exilio español nos subió a nosotros al cielo de la inteligencia, al de la nobleza y en cierto modo al del heroísmo, porque nos enseñó que hay causas por las cuales vale la pena jugarnos la vida”, dijo la autora de La noche de Tlatelolco.

Todos nos lanzamos de cabeza dentro del corazón republicano, porque era noble, cálido y generoso, y hasta tenía sentido del humor, abundó respecto del legado cultural de esos personajes. Todas las mañanas, los que llamábamos los refugiados, amanecían a su nueva vida con una entereza que ya quisiéramos para un día de fiesta. Nadie tuvo miedo al trabajo y todos los periodistas recordamos a los hermanos Mayo, a Faustino, a Julio, a Cándido, que hoy podrían equipararse a Goya, con todos sus retratos de la realidad.

Elena Poniatowska rememoró también “a una mujer que no aparece en el libro de Manuel García... a Encarnita Fullola”. Ella, evocó la autora de Tínisima, “vivía muy pobremente en la calle de López, arriba de la tienda de platos, vajillas, vasos y sartenes, llamada El Ánfora.

Encarnita era vieja y gorda. Nunca la vi sin su delantal y cada vez que la visité, la encontré en su silla de ruedas. Tuvo un hijo con un mexicano. No la cuidaban ni el padre ni el hijo. Me contó que había sido enfermera y que trabajó junto a Tina Modotti. Dijo: ‘Yo no era importante, ni siquiera enfermera, era una afanadora, sacaba las bacinicas’. Escucharla fue un bálsamo y una lección de vida y una tarde, después de una copita de jerez que compré en una tienda de abarrotes y bebimos contentas, me confesó que ella era la guerrillera que había ayudado a volar un puente y que aparecía en el libro de Ernest Hemingway Por quién doblan las campanas. A su entierro no acudió nadie”.

Lucha libertaria

Elena Poniatowska agradeció al autor de Memorias de posguerra: diálogos con la cultura del exilio (1939-1975) por su magnífico libro y decirle que la lucha heroica de los republicanos fue una lucha libertaria que supo consignar, al entrevistar a muchos de los que vivieron su exilio entre nosotros, para honra y riqueza de la cultura mexicana.

Publicado por la Universidad de Valencia, en España, el libro de entrevistas de Manuel García incluye también al Nobel mexicano Octavio Paz, José Luis Martínez y a los fotógrafos Kati Horna y Walter Reuter.

En la presentación también participaron Carmen Tagüeña, presidenta del Ateneo Español de México, y Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, quien destacó que se trata de un libro fundamental por la cantidad de testimonios, notas y datos que ofrece, para conservar la memoria de esa experiencia de vida.

En su momento, el autor Manuel García, tras agradecer la presentación de Elena Poniatowska, pidió perdón porque sólo hubiera tres mujeres en su libro: las pintoras Manuela Ballester y Paloma Altolaguirre, y la poeta Concha Méndez.

Sin embargo, dijo que al regresar a España, comenzará el libro de memorias Compañeras de viaje, sobre aquellas mujeres exiliadas en México que hicieron su propio discurso, quizá a la sombra de un marido importante o notable, pero que quedaron un poco al margen.