Para Norma Gómez, soltera con dos niños y trabajadora doméstica, el 10 de mayo es una fecha cualquiera. No hay flores ni regalos, mucho menos festejo. Ese día, dice, tendrá que laborar en casa de su patrona para atender a los invitados, donde la celebración suele ser en grande.

Al igual que su madre y su abuela, Norma trabaja en hogares ajenos desde hace 10 años, y tiene ya 25.

Confía tímida que por 500 pesos mensuales renta un pequeño cuarto con techo de lámina en Chimalhuacán, estado de México, de donde el traslado a la colonia Condesa le lleva un par de horas, y otras tantas el regreso, más las ocho de jornada laboral.

Lo que le queda del día lo ocupa para lavar ropa, revisar la tarea de sus hijos, de siete y nueve años, y preparar la comida. Los niños se quedan solos casi todo el día, dice.

El Censo de Población y Vivienda de 2011 señala que en el país residen 40.8 millones de mujeres de 15 años y más, y que siete de cada 10 de ellas tienen al menos un hijo, mientras el resto aún no es madre.

En tanto, cifras del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) indican que en México hay 30 millones de madres, de las cuales 5.3 millones se encuentran con sus hijos sin que su pareja viva en el hogar, porque se divorciaron o decidieron separarse.

No. En casa nunca festejamos. Mi familia vive en Puebla y yo vivo aquí solita con mis dos niños. Si no voy a trabajar mi patrona me corre, lamenta Norma.

El Inmujeres documenta que ellas destinan al trabajo 46.7 horas a la semana en promedio, mientras los hombres sólo 41.8.

Asimismo, para las cargas de trabajo no remunerado ocupan en promedio 37.5 horas semanalmente y ellos apenas 17.7, una diferencia de 19.8 horas.

En tanto, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, especifica que en el segundo trimestre de 2012, la tasa de participación económica de las mujeres de 15 años y más con al menos un hijo es de 44.1 por ciento. De ellas, 97.9 combina sus actividades extradomésticas con los quehaceres del hogar.

La situación de Citlalli Estrada, de 30 años y con tres hijos, de tres, cinco y siete años, es similar a la de Norma. Tampoco festejarán el Día de las Madres porque trabaja en una empresa de seguridad donde le pagan 3 mil 500 pesos mensuales, y no le dieron el día.

Mi turno es de 12 por 12 (horas). Entro el sábado a las 7 de la mañana y salgo el domingo temprano. Es triste que en lugar de festejar con mis hijos y mi madre tenga que trabajar, pero qué puedo hacer. Si falto me descuentan el día y además me suspenden otros dos, y luego, ¿mis niños qué comen? Además, soy la única que solvento la casa; me separé del papá de mis hijos y no me ayuda con los gastos.

Y está el caso de Guadalupe, de 66 años, quien tampoco festejará, aunque por otros motivos. Tiene cinco hijos, pero vive en la soledad y la pobreza. De ellos prefiere no hablar; sólo comenta que no los ha visto desde 2005.

No tiene un salario y para subsistir se levanta todos los días a las 5 de la mañana. Recorre las calles del Bordo de Xochiaca con un costal para recoger cartón, latas de aluminio y botellas de plástico que le compran las bodegas de reciclaje de la zona en 50 centavos cada una o a 10 pesos el kilo.

Todas las mañanas le doy gracias a Dios por darme un día más de vida, por no dejarme sin comer. De qué sirve que los hijos sólo se acuerden de uno en este día si el resto del año nos abandonan, señala Guadalupe mientras continúa su pepena.

Rodrigo Valdivia, director de Evaluación y Desarrollo Estadístico de Inmujeres, dijo que debido a la pobreza que padecen millones de mexicanos en el país, las mujeres son triplemente vulnerables.

Respecto a la violencia, abundó que es un tema delicado, pues de acuerdo con la información que genera la encuesta de violencia de 2011, 34 por ciento de las madres de 15 años y más, casadas o unidas, declaró haber padecido al menos un incidente de violencia de sus parejas en los últimos 12 meses.

En tanto, señala, 27 por ciento dijo sufrir violencia emocional, 17.5 económica, 6.4 física y 3 por ciento violencia sexual.