Un espacio como el festival y encuentro LesbianArte, cuya segunda edición terminó el domingo pasado, es muy necesario, señala Ina Riaskov, de Producciones y Milagros Agrupación Feminista, la instancia organizadora. También, indica, propicia redes de apoyo y de autopromoción más fuertes.

Necesitamos autogestionar nuestros espacios, pero con una red de apoyo que nos permita desarrollar trabajos profesionales con contenido político y que entre nosotras el apoyo solidario haga que cada quien crezca individual y colectivamente, dice la fotógrafa y diseñadora gráfica.

El festival, que este año fue más encuentro, se desarrolló del 25 de abril al 4 de mayo en el Museo Casa de la Memoria Indómita, Tintico Café & Galería y Simone de Verdad.

Respecto de la lista de talleres impartidos, Riaskov señala que es allí donde se refleja el eje de LesbianArte: el artivismo. Del taller de fotografía participativa: dinámico, lúdico, musical, que impartió Rotmi Enciso, la entrevistada explica que Producciones y Milagros Agrupación Feminista toma la fotografía como herramienta para su artivismo, en la medida que el arte de la cámara nos atraviesa todo el cuerpo. No es nada más la lente por la que vemos ni la cabeza con la que vemos, sino es un ejercicio de cuerpo entero.

Asegura que es muy diferente tomarle fotos a un florero a concientizar la mirada y dejar fuera la fotografía que victimiza a las mujeres.

Para esta edición del festival y encuentro se contó con financiamiento de la Fundación Semillas que les permitió pagar los pasajes a las invitadas, proveer alimentos, materiales para los talleres y cumplir con la infraestructura básica para LesbianArte. Las invitadas se hospedaron en casas particulares.

Muchas de las invitadas eran de Guatemala, Honduras y Nicaragua, así como Cuba en representación del Caribe. Riaskov anota que el año pasado “nos enfocamos más en chicanas y guatemaltecas, por ser nuestras vecinas más directas. Desde el inicio tratamos de romper nuestras fronteras impuestas más cercanas, de allí que ahora vimos que podíamos abrir la visión del festival un poco más.

Vivimos realidades muy parecidas, aunque cada contexto tiene sus particularidades, pero las represiones en los países se viven de maneras muy similares. Era necesario un énfasis en esta solidaridad entre mujeres lesbianas, feministas, activistas, artistas y artivistas.

Si este año se privilegió el performance, asegura que esto fue de cierta manera casualidad. Salió así, orgánico, muy natural. Allí se ve la manera de cómo se tejen las alianzas y las redes. Siempre quieren que el festival sea multidisciplinario.

En el cierre de LesbianArte la escritora Melissa Cardoza presentó 13 colores de la resistencia hondureña, libro que contiene igual número de historias, relatos y cuentos que me fueron regalados en las calles por mujeres en resistencia contra el golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Para la autora, más que contra el entonces presidente Manuel Zelaya, ese golpe fue contra el pueblo de Honduras.

Ahora lo que vivimos en el país es mucho más duro y se sostiene sobre una violencia terrible contra las mujeres, sobre todo, asegura.