El consumo interno de gasolina prácticamente se congeló en los pasados seis años, desde que entraron en vigor los deslizamientos mensuales a los precios de los combustibles.

De acuerdo con cifras de Petróleos Mexicanos (Pemex), el volumen de las ventas internas de gasolinas creció a un ritmo de casi 5 por ciento anual entre 2000 y 2008, pero a partir de entonces, cuando entraron en vigor las alzas, las ventas de gasolina han crecido 0.04 por ciento en promedio anual hasta el cierre de 2013, pese a que en ese mismo lapso la industria automotriz comercializó 5 millones y medio de unidades nuevas en el país.

Contando la última alza que entró en vigor este sábado, el precio de las gasolinas Magna, Premium y el diesel se ha incrementado cerca 80 por ciento en promedio desde 2008.

Según el Sistema de Información Energética que difunde la Secretaría de Energía con información de Petróleos Mexicanos, en 2008 un litro de gasolina Magna costaba 7 pesos con 22 centavos, 75 por ciento menos que los 12 pesos con 68 centavos que cuesta a partir de este sábado.

La Premium subió 49 por ciento, al pasar de 8.9 a 13.3 pesos, mientras que el diesel subió 111 por ciento, de 6.2 a 13.1 pesos, un promedio de 78.8 por ciento entre los tres productos.

Para el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz, la disminución en el consumo interno de gasolina obedece en parte a la debilidad del crecimiento económico de los últimos años, que ha disminuido las necesidades de transporte tanto para productos como para personas, ademá de que al subir los precios, empresas y automovilistas han moderado su consumo.

Quizá más gente esté usando más transporte público por la misma situación y probalemente también haya afectado el consumo de las empresas, sobre todo pequeñas y medianas, que han debido optimizar de mejor manera el uso de sus recursos, señaló el especialista.

Explicó que esta situación ha perjudicado especialmente a los automovilistas de menores ingresos, quienes ante el aumento del combustible han tenido que optar por utilizar menos sus unidades, mientras que los estratos de altos ingresos pueden cubrir el costo.

Lo que estamos viendo es que este incremento de las gasolinas sí disminuyó en parte el nivel de bienestar y productividad de algunas personas y empresas. Es posible que esto acabe reflejándose en una mayor inhibición del crecimiento económico.

En los primeros tres meses de 2014 el consumo interno de gasolinas cayó 1.5 por ciento comparado con el mismo lapso de 2013, y 3.7 por ciento comparado con el primer trimestre de 2012.

El consumo interno de gasolina había mostrado niveles crecientes previo a la crisis económica mundial de 2008-2009, cuando el gobierno mexicano decidió ir eliminando el subsidio gubernamental a las gasolinas y trasladar el costo a los usuarios.

Entre 2004 y 2006 el consumo nacional creció 5.9, 5.7 y 7 por ciento, respectivamente, pero luego de 2008 los crecimientos fueron de 0.1 por ciento en 2009, 1.2 en 2010 y menos 0.3 por ciento en 2011.

Haber tenido una política de deslizamiento de los combustibles menos severa habría implicado tanto más oportunidades de crecimiento económico como de consumo para las personas, consideró De la Cruz.