La caída en la producción de petróleo en México, que en 2013 llegó al nivel más bajo en dos décadas, tiene impacto directo en la economía del país y en la salud fiscal del gobierno, advirtió la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés), del Departamento de Energía de Estados Unidos.

En un reporte difundido ayer, la EIA destacó que pese a la rápida aprobación de cambios constitucionales para permitir la inversión privada nacional y extranjera en la industria reservada durante 75 años al Estado, en la discusión de las leyes secundarias se ha observado resistencia.

Las ganancias de la industria petrolera, incluidos impuestos y pagos directos de Petróleos Mexicanos (Pemex), representaron alrededor de 32 por ciento de los ingresos totales del gobierno en 2013.

La disminución en la producción de petróleo tiene un impacto directo en la productividad económica del país y en la salud fiscal del gobierno, sobre todo crecen las necesidades de consumo de productos y de importación como refinados, alertó el reporte.

México tiene pendiente desarrollar y aprobar la legislación secundaria, donde se detalla el régimen fiscal y los términos de los modelos de contratos, pero observó que la legislación secundaria todavía enfrenta una oposición significativa,l mencionó. El gobierno de México tiene planeado ofrecer en subasta superficies de terreno que estarán abiertas a las compañías internacionales en 2016 y 2017.

Recordó que México produjo un promedio de 2.9 millones de barriles por día de petroleo crudo equivalente en 2013.

La producción total de petróleo de México ha disminuido 22 por ciento desde su punto más alto entre 2004 y 2009.

De manera destacada la producción de petróleo crudo en 2013 estuvo en su punto más bajo desde 1995 y siguió disminuyendo a comienzos de 2014.