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Después de su exhibición en la capital italiana será montada en Génova

Roma acoge una retrospectiva de la compleja Frida Kahlo

La pintora mexicana atrae multitudes por su honestidad de sentimientos y tocar problemas tan actuales como la soledad, dice a La Jornada Helga Prignitz-Poda, curadora de la muestra

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 19 de abril de 2014, p. 3

Roma.

La retrospectiva de Frida Kahlo (1907-1954) no podía faltar en Italia, pues capitales europeas y ciudades estadunidenses la han acogido en los años recientes, con cifras impresionantes de espectadores.

Helga Prignitz-Poda es la curadora de la doble exposición en Italia: en la Scuderie del Quirinale, de Roma, concluirá el 31 de agosto y luego, en Génova, del 20 septiembre de 2014 al 2 de febrero de 2015.

La especialista alemana ha llevado a Frida por distintos lugares: Berlín y Viena (Museo Martin-Gropius-Bau y Bank Austria Kunstforum, respectivamente, 2010, la más extensa con 60 óleos); Turquía (Museo Pera, 2010-2011) y Dinamarca (Museo Arken, 2013-2014).

La muestra en Roma es una versión intermedia que no incluye el acervo Dolores Olmedo y de otros coleccionistas privados, pues sólo reúne 37 de entre 160 obras, la mayoría dibujos y obra de artistas mexicanos y extranjeros.

Esta inserción intenta señalar los influjos recibidos por Frida y aunque falta fuerza para ser convincente son más bien aparejamientos formales e incluso forzados como en Autorretrato con trenza (1941), de Kahlo, con El soñador poético de Giorgio de Chirico (1937).

Sin piezas de la colección Olmedo

En conversación con La Jornada, la curadora Helga Prignitz-Poda comenta aspectos de la muestra.

–¿Por qué Frida Kahlo atrae tanto público?

–Por su honestidad en expresar sus sentimientos, por tocar problemas tan actuales como la soledad.

–¿Por qué la colección de Dolores Olmedo no está presente?

–Tratamos por mucho tiempo de incluirla, pero no pudimos ponernos de acuerdo con ellos. El señor Olmedo no quiso prestar las obras, las hemos pedido, no lo hemos excluido.

–¿Las obras Dos mujeres, Herminia y Salvadora (1928) y Retrato de Miriam Penansky (1929) son atribuciones?

–Nunca hemos atribuido nada, las exhibimos por primera vez al público. El cuadro Dos mujeres como obra de Frida Kahlo fue publicado en 1929, con las fotos de Tina Modotti en la revista Mexican Folkways.

“De Miriam Penansky no tengo la menor duda de que sea autógrafa, porque la vi personalmente en una fotografía del archivo de la Casa Azul. Un artículo publicado en el IFAR Journal (Volumen 14, N.3, 2013) lo profundiza. Son obras relacionadas con las Escuelas al Aire Libre”.

–Una de las secciones está dedicada al surrealismo. ¿Qué relación tuvo Frida con este movimiento?, si ella dijo: Me consideraron una surrealista. Esto no es cierto. Nunca he pintado sueños. Lo que yo pinté fue realidad.

–Queremos justamente alejarnos de ciertas ideas fijas, porque Frida era muy compleja. Ella nunca dijo lo que realmente pensaba.

Foto
Autorretrato con vestido de terciopelo, 1926, óleo sobre tela, perteneciente a una colección privadaFoto © Banco de México Diego Rivera
y Frida Kahlo Museums Trust, DF/SIAE 2014

“Muchos de sus cuadros son surrealistas, no debe negarse. André Breton escribió sobre ella, ambos discutieron sobre el tema junto con Diego Rivera. No pintó naturalezas muertas, como las veía en la mesa, sino sería obra realista.

“En el dibujo Fantasía, de la colección Olmedo, ella escribió: ‘Surrealismo es la mágica sorpresa de encontrar un león en un armario en donde creíamos encontrar camisas’. Lo importante es que esperas algo distinto cuando ves su obra. Al principio piensas que es fácil entenderla. pero luego sale el león y ahí aparece el surrealismo”.

–¿Por qué montar la muestra en dos sedes?

–Son dos exposiciones diferentes. Aquí mostramos a Frida en relación con los artistas de su época. En Génova será otra exposición, otro catálogo, contextualizado con la obra de Diego Rivera que fue una gran influencia en Frida. Las personas ahora conocen más la obra de ella que de Diego. Será una muestra más amplia que la recientemente hecha en París con la colección Olmedo sobre este tema. Nos centraremos en la contradicción de la obra de ambos.

Parteaguas

Como Frida Kahlo dejó de ser un símbolo para las minorías y se convirtió en producto de consumo posmoderno para las mayorías, 2005 es un año que pudiera tomarse como parteaguas entre la llamada fridomanía y la deliriofrida.

En ese año se inician los números de guiness con la exposición de la Tate Modern, convirtiéndose en constante, favorecido más tarde por la recurrencia de su centenario que en el Palacio de Bellas Artes en México, en 2007, alcanzó quizá el mayor récord de visitantes, con 420 mil en sólo dos meses.

En ese 2005 se fundó la Frida Kahlo Corporation, creada por la sobrina de la artista, Isolda P. Kahlo, transformando a Frida en una marca registrada, de la cual derivarían los productos más dispares con su imagen: desde tequila hasta blusas, relojes, tenis, billetes e incluso aviones.

En ese año, los almacenes Lafayette la acogerían ya no como artista sino como una costosa muñeca Barbie.

En 30 años se ha pasado de la relativa indiferencia inicial a afirmaciones como Frida es una de las más importantes artistas del siglo XX, a la par de Salvador Dalí y Picasso, según Christian Ge-ther, director del Museo Arken en Dinamarca.

La producción de Frida es de 147 óleos. Una exposición que los reúna todos es una utopía, lo cual en San Diego, California, han remediado con una grotesca exposición de falsos, es decir, con reproducciones de artesanos chinos.