Atlas, Veracruz y Puebla se salvan; Potros necesita anotar 29 goles y no recibir en dos duelos
Pesó el penal fallado por Arroyo, pues el empate hubiera mantenido con vida a los azulgranas
Santos asciende al tercer lugar de la tabla
Vibrante final de partido con tres tantos
Lunes 14 de abril de 2014, p. 2
Torreón, 13 de abril.
A dos fechas de que termine el torneo regular, los Potros del Atlante sufrieron el cuarto descenso de su historia (1975-76, 1989-90 y Verano 2001) al caer en dramático juego por 4-3 ante Santos Laguna, en partido plagado de errores que reflejó la presión que terminó por asfixiar al equipo de Cancún, cuyos jugadores acabaron con amargo llanto el aciago trámite.
Los albiverdes, que también disputan la Copa Libertadores, llegaron a 24 unidades y ascendieron al tercer lugar de la tabla general.
Con este resultado Atlas y Veracruz se salvaron, mientras el Puebla está cerca de asegurar la permanencia, pues la diferencia de goles virtualmente lo libra de la quema, ya que Atlante tendría que anotar 29 tantos en sus compromisos ante Xolos y Chiapas, en las fechas 16 y 17.
Como un equipo que tuvo lapsos de garra y amor propio, el Atlante llegó a la cancha del estadio Corona en franca agonía y se salvó de la primera puñalada al minuto 12, cuando el silbante Fernando Guerrero anuló un gol por dudosa posición adelantada de Darwin Quintero, aunque después no marcó lo que parecía un penal en favor de los visitantes.
Para el equipo de Torreón fue cosa de insistir y al minuto 17 Quintero cobró una falta con un tiro directo que pegó en el larguero y picó dentro. En la acción, el portero atlantista Yosgart Gutiérrez se entregó, saltó con las manos extendidas como volibolista y no pudo evitar el 1-0.
Al minuto 25 el cuadro de Cancún falló una buena aproximación cuando Michael Arroyo envió un centro, Luis Venegas remató con la cabeza muy cerca del marco, pero echó el balón a un costado.
Luego de la hidratación que autorizó el silbante al minuto 25, Santos Laguna aumentó la cuenta después de que Juan Pablo Rodríguez evitó el empate al rechazar con la cabeza un tiro de Arroyo.
Al 32 de acción el Cepillo Peralta arribó por la izquierda al borde del área, jaló la marca de dos defensas y del portero Gutiérrez, entonces cedió el balón en bandeja de plata para el arribo de Quintero, quien frente al poste derecho definió el 2-0.
El desplome anímico de los pupilos de Pablo Marini fue evidente. Los jugadores azulgranas se convirtieron en fantasmas que deambulaban sobre el césped, y si los Guerreros no metieron más goles fue por sus propias fallas. Al minuto 41,Quintero cruzó de más su disparo y se perdió de la tercera diana.
A segundos del pitazo rumbo al intermedio, Yosgart tuvo un mano a mano con Andrés Rentería y con el pie derecho logró desviar un trazo que llevaba firma de gol. Enseguida Oribe Peralta conectó el balón, sin embargo, su remate se fue ligeramente a la derecha.
Marini, estratega de Potros, reanudó el juego con el relevo de Arturo Muñoz, quien dejó su lugar a Guillermo Madrigal. Al minuto 48 Osmar Mares cometió mano en el área ante el acoso de Ángel Sepúlveda, por lo que el árbitro marcó penal. Al cobro fue el ecuatoriano Arroyo, pero hasta el hombre más seguro del equipo atlantista evidenció el nerviosismo e inseguridad que consumió al plantel, y estrelló su remate en el travesaño.
Sin embargo, al 56 de acción Atlante dio señales de vida: Sepúlveda llegó al área y de espaldas a la meta esperó el largo y elevado servicio de Paul Uscanga, cabeceó y la pelota techó a un defensa y al arquero Oswaldo Sánchez para incrustarse en la portería.
Santos quiso reaccionar, Rentería embistió y Yosgart desvió tras una precisa salida.
Luego del gol de Sepúlveda, los azulgranas tomaron oxígeno y un poco de ánimo, decidieron atacar, ya con todo por ganar y poco que perder. Alejandro Vela disparó sin fortuna al minuto 69 porque su potente envío fue directo a las manos de Oswaldo Sánchez.
Entonces los albiverdes, que luchan por una mejor ubicación rumbo a la liguilla, hicieron arribos flojos, pero con el suficiente peligro como para atarear a los atlantistas en labores de defensa, hasta que al minuto 78, tras una serie de toques, Peralta dio centro retrasado para Javier Abella, quien con tiro raso definió el 3-1.
El final resultó emotivo y de locura, porque al 87 Guillermo Madrigal marcó el segundo tanto de Potros a pase de Sepúlveda. No obstante, la ilusión se esfumó, porque un minuto después Quintero avanzó a velocidad y firmó el cuarto tanto con un cañonazo, un tiro cruzado que dejó sembrado a Yosgart. El colofón fue un cabezazo de Madrigal que entró a la izquierda de Oswaldo.