El presidente de Francia, François Hollande, llamó en el Senado a dejar atrás las diferencias entre los gobiernos de su país y México, que abrió su antecesor, Nicolas Sarkozy, sin referirse de manera directa al ex mandatario.

Durante la sesión solemne que se realizó ayer en esa cámara para recibirlo, el mandatario galo subrayó: ‘‘Quiero que mi visita de Estado sea una oportunidad para emprender una nueva etapa de nuestras relaciones. Hubo un periodo de cosas complicadas entre ambos países y no quiero volver sobre ese particular, porque a veces aparecen nubes en el cielo entre Francia y México, y siempre tiene que estar totalmente despejado, porque vamos unidos por la historia, pero también por intereses comunes’’.

De esa forma, Hollande evocó aquel 9 de marzo de 2009, cuando Sarkozy se refirió al caso Florence Cassez, sin citarla por su nombre, pero dijo que era su responsabilidad defender ‘‘a mis conciudadanos, hagan lo que hayan hecho. Y pido que se respete este equilibrio’’.

El actual mandatario francés dijo que constataba las reformas emprendidas por el presidente Enrique Peña Nieto, ‘‘que hace honor a la política. En algunos meses ustedes han cambiado la educación, las finanzas, la industria, las telecomunicaciones, sin hablar de la agenda electoral’’.

También subrayó que en Francia ‘‘estamos llevando a cabo las reformas necesarias y que están (diseñadas) conforme a nuestros ideales’’.

Por otra parte, en el Club France, Hollande dirigió un amplio discurso a la comunidad francesa radicada en México. Les habló de las grandes oportunidades que se abren en múltiples sectores económicos a partir del reencuentro de ambas naciones, tras el alejamiento que provocó el expediente Cassez.

También concedió la condecoración de Caballero de la Legión de Honor al premio Nobel de Química el mexicano Mario Molina, quien a su vez recordó su paso por La Sorbona en 1968.

Por la mañana, como marca el protocolo, Hollande inició sus actividades públicas con la colocación de una ofrenda floral ante el Altar de la Patria.