Buenos Aires, 9 de abril.

El papa Francisco condenó hoy el linchamiento de unos vecinos que asesinaron al joven David Moreira, de 18 años, sospechoso de haber robado una cartera el pasado 25 de marzo en Rosario, al expresar su inmenso dolor por la escena que pudo ver por televisión. Me dolía el cuerpo del pibe, dijo Jorge Mario Bergoglio.

Comparó la escena con Fuenteovejuna y dijo que sentía las patadas (de los asesinos) en el alma. No era un marciano, era un muchacho de nuestro pueblo, lamentó el Papa argentino desde Roma.

La madre de Moreira, asesinado a golpes, aseguró que es inocente.

Algunos políticos opositores intentaban aprovechar la situación al calificarla de acción colectiva de indignación ante la ausencia del Estado nacional y de la justicia.

El Papa se refirió al linchamiento del joven en una carta escrita a los hermanos argentinos Carlos y Rodolfo Luna, que viven en Suecia y le consultaron sobre el caso de Moreira en Rosario. ¿Qué falló? Me acordé de Jesús, ¿qué diría si estuviera de árbitro allí?: el que esté sin pecado que dé la primera patada.

Cristina Fernández deplora las políticas de odio

Los hermanos Luna publicaron en su cuenta de Facebook la respuesta del Papa. Me dolía todo, me dolía el cuerpo del pibe, me dolía el corazón de los que pateaban. Pensé que a ese chico lo hicimos nosotros, creció entre nosotros, se educó entre nosotros, escribió, de acuerdo con el diario Página 12.

Moreira murió tres días después de la golpiza. Un hecho similar ocurrió en un barrio residencial de esta capital como es Palermo, donde sólo por la sospecha sobre un joven que tampoco estaba armado fue brutalmente golpeado, aunque en este caso pudo salvar la vida.

Ayer un jovencito que huía de un intento de asalto fue señalado por un hombre que dijo haberlo visto robando. Lo salvó una patrulla policial, pero el clima de extrema violencia es una lamentable instalación mediática, como denunció el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner deploró las políticas del odio, a unas horas de que el viernes comience un paro de camioneros y transportistas, sin una verdadera causa sindical, acompañados por sectores políticos de derecha y patronales como los empresarios del metro.