Hasta las 21 horas del lunes, a diferencia de los días anteriores, no hubo información respecto del estado de salud de Gabriel García Márquez, quien permanece hospitalizado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de Nutrición Salvador Zubirán desde el 31 de marzo.

Según informaron sus familiares, así como el reporte médico de la Secretaría de Salud en días pasados, se espera que este martes Gabo deje el nosocomio.

El ingreso al hospital se debió a un cuadro de deshidratación, infección pulmonar y de vías urinarias, por lo que ayer los representantes de los medios de comunicación continuaban fuera del hospital, pendientes de la recuperación del Nobel de Literatura 1982, quien radica en México.

Ningún personaje lo visitó

Durante esos días, quien amablemente ha proporcionado información es el diseñador Gonzalo García Barcha, hijo del autor de Cien años de soledad, así como el asistente del escritor Genovevo Quiroz, quien con frecuencia entra y sale del hospital, y es el más asediado por los medios para conocer algo nuevo sobre el estado de salud de García Márquez.

Ante la insistencia de la prensa, Quiroz se limita a sonreír y de manera tranquila comenta: No sabemos. Está bien.

Afuera de la puerta uno del hospital hay un ir y venir de personas que visitan a sus familiares enfermos, así como los que asisten a consulta médica.

Frente a la entrada principal, llama la atención que en un espacio de poco más de ocho metros cuadrados están instaladas 12 cabinas telefónicas, prácticamente pegadas unas con otras.

La espera de los medios es acompañada por la singular voz de la checadora, una chica bajita, de tez morena, de 22 años, Cony, quien casi todo el día y con intervalos de pocos segundos, no deja de repetir: Servicio de taxi. Servicio de taxi. Ese trabajo, dice, lo realiza desde hace dos años.

En el terreno de la especulación y luego de varios días, entre los reporteros que hacen guardia se comenta que si no llegó o registró algún personaje para visitar a Gabo, lo más probable es que, mediante llamadas telefónicas, el escritor haya recibido los buenos deseos para una pronta recuperación.