Las Águilas sumaron su quinto partido sin victoria en el coloso de Santa Úrsula
Fue una pequeña revancha de La Máquina tras la final perdida hace un año ante los de Coapa
Fuimos mejores, pero terminamos pidiendo la hora: Tena
Ya no hay margen de error: Mohamed
Domingo 6 de abril de 2014, p. a13
De un tajo, Cruz Azul rompió el encanto con que el América –que venía de golear a Chivas– llegó a la cita y, tras vencerlo a domicilio 1-2, lo dejó instalado en una crisis ante su público, que la tarde de ayer vivió una nueva frustración al presenciar el quinto juego sin victoria en el estadio Azteca.
Con las anotaciones de Mauro Formica, al minuto 18, y de Julio César Domínguez (42), La Máquina, que confirmó su pase a la liguilla, llegó a 32 puntos y de paso se tomó una pequeña revancha tras la final perdida en el coloso de Santa Úrsula hace un año.
Por las Águilas, que suman 20 puntos y sufrieron las expulsiones de Andrés Andrade y de Rubens Sambueza, descontó Raúl Jiménez al minuto 86.
Luego de un inicio entrecortado por faltas y balones perdidos, América y Cruz Azul comenzaron a ponerle ritmo al clásico joven, enmarcado por las atiborradas tribunas del Azteca, apenas con algunos huecos en la parte alta.
Al minuto 18 los celestes plasmaron su mejor juego en el tablero. Desde la izquierda Alejandro Castro centró el esférico, Formica voló como flecha y con la cabeza encajó el balón contra las redes ante un impotente Muñoz.
La molestia de los americanistas –extraños con su uniforme del Tri, pese a la idea generalizada de que son la base de la selección– se hizo evidente. Se excedieron en los roces y el saldo fue dos cartones amarillos: uno para Sambueza y otro para Aquivaldo Mosquera, el zaguero colombiano que se trenzó en constante duelo de palabras con Mariano Pavone.
Pavone se falseó un tobillo y salió de cambio al minuto 38. Su lugar lo ocupó Ismael Valadez, cuya carta de presentación resultó un trallazo que se impactó en el larguero. El América respondió con potente disparo de Osvaldo Martínez, que atrapó Jesús Corona, y enseguida Cruz Azul marcó el segundo tanto.
Rogelio Chávez cobró una falta; dibujó una especie de tiro-centro sin mucha fuerza, pero Julio César Domínguez saltó para desviar con la cabeza y poner la pelota inalcanzable para Muñoz y establecer el 0-2.
Preocupado, el técnico Antonio Mohamed hizo su primer cambio al iniciar el segundo tiempo. Sacó a Pablo Aguilar y metió a Luis Mendoza. Su equipo enseguida quiso hacer daño; Sambueza centró desde la izquierda y el portero Corona salió volando para capturar el balón y motivar a los aficionados celestes, que felices acompañaron con oles cualquier seguidilla de pases.
El club de Coapa no pudo capitalizar una falla de los visitantes, pues ante un mal despeje del arquero celeste y la recuperación de Sambueza, Luis Gabriel Rey sufrió un resbalón ridículo cuando todo mundo esperaba que rematara implacable para coronar el buen centro de su compañero.
Una algarabía mayúscula se instaló en el graderío cuando al minuto 68 se colocó al borde de la cancha, listo para entrar, Christian Giménez: “Oeee, oeee, oeee, oe, oe, oe, Chaco, Chacooo” cantaron los cruzazulinos, que se llevaron un susto cuando en una embestida de los anfitriones Andrade dio media vuelta y clavó el esférico en la meta rival, pero el tanto fue anulado por posición adelantada.
Andrade había entrado como relevo de Osvaldo Martínez al minuto 66, y al 70 recibió cartón amarillo por protestar, pero tres minutos más tarde cometió falta sobre Xavi Báez, con lo que se ganó la segunda amonestación y se tuvo que ir a las regaderas para dejar a su equipo con 10 hombres.
Otra vez entre los jugadores cementeros y su público todo era sonrisas y festejos, hasta que al minuto 86 Raúl Jiménez recibió el balón de frente a segundo poste, controló con el pecho y clavó el gol que de inmediato trajo a la memoria la hazaña de hace un año… Pero la historia no se repitió, aunque otra vez se presentó un tiro de esquina y Muñoz se lanzó al ataque; hasta conectó el balón, pero lo hizo con el hombro y todo quedó en el recuerdo.
Los minutos de alargue se esfumaron y, al contrario, el América se fue a pique, porque al minuto 92 Sambueza se hizo expulsar por absurdos reclamos.
El Flaco Tena consideró que fuimos mejores, pero terminamos pidiendo la hora
. Describió un partido trabado entre dos equipos que se conocen bien
, y ante la reacción americanista, expuso que la idea era confiar en nuestro sistema defensivo y buscar el espacio largo, pues tenemos gente para eso
.
Destacó la reacción del rival en el segundo tiempo: Fue a buscar el espacio aéreo que maneja bien, a jugar con mucha determinación y eso nos hizo retroceder en los últimos minutos, pero nuestro equipo de nuevo mostró gran carácter
.
Admitió que fue inevitable recordar la final de hace un año, pero estaba seguro de que íbamos a aguantar el marcador y ganar el partido
. Agregó que físicamente su plantel está bien, ahora se recuperarán y estarán listos para el miércoles, cuando jugarán la vuelta de la Concachampions ante los Xolos.
Mohamed no ocultó su preocupación tras cinco partidos sin victoria en el Azteca y expresó que desea que el verdadero rostro del América sea el que exhibió ante Chivas y al final del segundo tiempo de esta tarde.
Advirtió: “Ya no hay margen de error, debemos ganar dos de tres para clasificar.
“Me preocupa no triunfar en casa, pero todo es por errores que cometemos. Tenemos lapsos buenos y otros malos… Nos costó mucho recuperarnos en la parte sicológica, nos golpeó (el gol en contra)”, dijo, e informó que hablará internamente respecto de la disciplina en el plantel.