Las corrientes del PRD mantienen, hasta ahora, que su próxima dirigencia nacional sea elegida por sufragio directo y secreto de sus consejeros nacionales, pero aún discrepan sobre el porcentaje de votación que se requiere para la presidencia y secretaría general. El estatuto del partido establece que se necesita una votación de 60 por ciento de los consejeros para obtener ambos cargos; en caso de no alcanzarse, se realiza una segunda vuelta y el porcentaje más alto se queda con el primer puesto y el siguiente con el segundo. Sin embargo, existen propuestas para modificar el procedimiento, como convocar a un congreso nacional electivo (como máximo órgano de dirección del partido) para alcanzar la definición con un porcentaje de 50 más uno. La falta de acuerdos ha impedido a los perredistas aprobar la convocatoria para renovar a su próxima dirigencia nacional.