La falta de conciencia social fue uno de los factores para que quedara inconcluso un programa para facilitar los viajes a las personas con discapacidad en las terminales aéreas operadas por Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), de acuerdo con el estudio Manual de turismo accesible para todos: alianzas público-privadas y buenas prácticas, de la Fundación ACS y la Organización Mundial del Turismo.

GAP eliminó obstáculos arquitectónicos y facilitó el acceso y desplazamiento de las personas con necesidades especiales para que hicieran uso de la infraestructura, instalaciones, equipos y servicios en los aeropuertos, indica el reporte que analiza las buenas prácticas de accesibilidad a personas con discapacidad aplicadas en países de Europa y en México.

Actualmente muchos de estos trabajos (de GAP) ya no existen o no se encuentran en óptimas condiciones por el vandalismo, o simplemente en algún momento se decidió resguardarlos (...) debido a que, por un lado, no tuvieron la aceptación o función que se esperaba. Esta falta de conciencia social, además de representar un gasto económico para el grupo, también llegó a representar una desmotivación, afirma el documento.

Parece que no es suficiente la intención y el esfuerzo de GAP, si no logra transmitir al resto de las empresas que laboran, ya sea de forma fija o temporal, en los aeropuertos (empresas constructoras, de seguridad privada, policía federal, de limpieza, arrendadoras, etc), señala. Es necesario e importante mantener y fomentar la cultura de inclusión, por parte de todos, para que estas actuaciones subsistan, concluyen los dos organismos que patrocinaron el documento.

Retomarán mejoramiento

En 2015, GAP buscará retomar el programa de mejoramiento de la accesibilidad con inversiones próximas a realizarse, agrega el informe.

El Manual de turismo accesible para todos señala que la OMT trabaja en el turismo accesible para todos, principalmente en facilitar los viajes a las personas con discapacidad, porque lo considera un elemento básico, transversal e integral de cualquier política de turismo responsable y sostenible.

La promoción de esas prácticas requiere voluntad política, acumular conocimientos y forjar asociaciones sólidas entre los responsables públicos, el sector privado y las organizaciones de personas con discapacidad, señala el informe.